24 oct 2010

Robledal



"Cuando frecuentaba el bosque de pequeña, me decían que una serpiente podría picarme, que podría coger una flor venenosa o que los duendes me podrían raptar, pero continué yendo y no encontré sino ángeles, mucho más tímidos ante mí de lo que yo pudiera sentirme ante ellos".
Emily Dickinson






Me gusta ver el vaho de mi aliento,
las ondas del rio,
los hilos de seda que se cruzan entre los arboles,
las horquillas donde descansa la vid.
Me gusta oir los ecos,
los zumbidos,
los murmullos del bosque.
Me gusta sentir el empuje amoroso de las raíces
a través de la tierra,
el latido de mi corazón,
la sangre que inunda mis pulmones,
el aire puro que los orea
en inspiraciones y espiraciones amplias.
Me gusta olfatear las hojas verdes
y las hojas secas,
las rocas negruzcas de la playa
y el heno que se apila en los pajares.
Me gusta oir el escandalo de mi voz, forjando palabras que se pierden en los remolinos del viento.
Me gusta besar
y alcanzar el corazón de todos los hombres con mis brazos
Me gusta ver entre los árboles
el juego de luces y sombras cuando la brisa agita las ramas.





"-Uno hubiera dicho que había un pozo enorme detrás de los ojos, colmado de siglos de recuerdos y con una larga, lenta y sólida reflexión; pero en la superficie centelleaba el presente: como el sol que centellea en las hojas exteriores de un árbol enorme, o sobre las ondulaciones de un lago muy profundo.  No lo sé, pero parecía algo que crecía de la tierra, o que quizá dormía y era a la vez raíz y hojas, tierra y cielo, y que hubiera despertado de pronto y te examinase con la misma lenta atención que había dedicado a  sus propios  asuntos interiores durante años interminables."
J.R.R. Tolkien



Música: Les Paul & Mary Ford: Cinco Robles

17 oct 2010

Imágenes recurrentes... o no



Los lectores más veteranos del blog conocen por lo menos dos versiones más de este mismo paisaje: pido disculpas por la insistencia. Esto es lo primero que me encuentro cuando abro la ventana y hay veces que me siento tentado por seguir las enseñanzas del estanquero Auggie, el personaje de Harvey Keitel en "Smoke"

Quiero agradecer de nuevo sus aportaciones a todos los que se participaron en el debate planteado en la anterior entrada, "La encrucijada sanabresa". Creo sinceramente que entre todos han construido un post que merece la pena leer... y seguir sobre el tema. Todos podemos - y debemos- aprender de todos. En apenas diez días se ha convertido en la entrada más vista y comentada del año y medio que llevamos con esto. Por lo tanto, muchísimas gracias.

¡Ah, y encima, por primera vez, el blog supera la cifra mágica de los 100 seguidores! La mejor manera que se me ha ocurrido para celebrarlo es, una vez más, recurrir a vuestras colaboraciones. No hace mucho, Agus -de quien ya habéis visto una muestra de su trabajo- me envió otra visión distinta de fotos ya publicadas. Yo le propuse un juego, él aceptó y aquí tenéis el resultado.

Magia en Sanabria y Carballeda: hay que fijarse en los detalles.








Que no todo va a ser llorar :)

5 oct 2010

La encrucijada sanabresa

“Niños harapientos, pobres mujeres arruinadas de bocio, hombres sin edad, agobiados y vencidos, hórridas viviendas sin luz y sin chimenea, techadas de cuelmo y negras de humo. Un pueblo hambriento en su mayor parte y comido de lacras, centenares de manos que piden limosna... Y una cincuentena de estudiantes sanos y alegres, que llegan con su carga de romances y comedias. Generosa carga, es cierto, pero ¡qué pobre allí! El choque inesperado con aquella realidad brutal nos sobrecogió dolorosamente a todos. Necesitaban pan, necesitaban medicinas, necesitaban los apoyos primarios de una vida insostenible con sus solas fuerzas... y sólo canciones y poemas llevábamos en el zurrón misional aquel día”
Memoría de la Misión Pedagógico Social en Sanabria. Alejandro Casona, 1935 [La Misión venía de un recorrido por los pueblos grandes de la provincia (Mombuey, Puebla) representando obras teatrales, exposiciones de pintura, coros y danzas... hasta que llegan a San Martín, Ribadelago, Vigo y el panorama les desarma. Volverán unos meses después incluyendo ya el apelativo de "social" y abrirán un comedor, prestarán asistencia sanitaria e, incluso, enseñarán nuevas técnicas de aprovechamiento agrícola.]

Hemeroteca ABC

"Distinto es el problema que amenazar puede las bellezas del Lago de Sanabria. No existe en sus contornos una ciudad como en Bañolas. Cierto que al igual que en ella otros frailes labraron cerca de él su monasterio y explotaron la rica y abundante pesca. Las pescas de truchas de este lago son famosas y hasta la actualidad han atraído desde lejanas naciones a los aficionados a este deporte, pero al desaparecer los monjes no hubo como en Bañolas quienes los sucedieran. La falta de comunicaciones hasta época reciente impidió que fuesen anárquicamente explotadas las riquezas de sus aguas y contornos. Pero esa anarquía llegó muy luego a destrozar la pesca con dinamita, los robledales y los otros bellos árboles que se miraban en sus aguas fueron talados por la codicia, desterrando las manadas de corzos que bajaban a beber en sus aguas, y menos mal que la misma abruptez de los montes que las encierran cobijan aún parte de caza mayor y menor que antes abundaba. Sólo siguen abundando los lobos y otras destructoras alimañas, menos dañinas que la acción humana, no ya de la barbarie sino hasta de la modernidad científica cuando los intereses materiales no van unidos a la cultura de la moderna civilización, cuando solo se atiende la materialidad con absoluto desprecio por la espiritualidad sin la que el hombre no es hombre"
Memorias de un señorito sevillano. Javier de Winthuysen y Losada, 1874-1956 [Redactor de uno de los informes que desembocaron en la declaración del Lago de Sanabria como Paraje Pintoresco en 1953]

Estación abandonada de Requejo. Ver más

"La declaración [de Paraje Pintoresco] conlleva,en efecto, una, serie de cargas y limitaciones a los directamente afectados que no suelen ser los beneficiarios de las ventajas que por otra parte implica la declaración. Una industria declarada de interés nacional aparece así en el caso rigurosamente limitada por las exigencias de la tutela del paisaje. ¿Hasta qué punto estas limitaciones no deberían ser indemnizadas? En un sistema de solidaridad económica puede despreciarse con facilidad el problema. En cambio, en un sistema en que el lucro y el incentivo de ganancia es la regla general ¿hasta qué punto se justifica la ausencia de resarcimiento de tales limitaciones?"
Problemas Jurídicos de la tutela del Paisaje. Lorenzo Martín Retortillo,1973