17 mar 2013

Sombras Honorables

La casa donde murió Manuel San Román Elena
Comercio de Argimiro Crespo

"Con frecuencia, Daniel, el Mochuelo, se detenía a contemplar las sinuosas callejas, la plaza llena de boñigas y guijarros, los penosos edificios, concebidos tan sólo bajo un sentido utilitario. Pero esto no le entristecía en absoluto. Las calles, la plaza y los edificios no hacían un pueblo, ni tan siquiera le daban fisonomía. A un pueblo lo hacían sus hombres y su historia. Y Daniel, el Mochuelo, sabía que por aquellas calles cubiertas de pastosas boñigas y por las casas que las flanqueaban, pasaron hombres honorables, que hoy eran sombras, pero que dieron al pueblo y al valle un sentido, una armonía, unas costumbres, un ritmo, un modo propio y peculiar de vivir."
Miguel Delibes: El Camino, 1950

Casa de D. Manuel Carbajo
Casa que fue de Los Sastres

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Como ya es habitual en estas fechas, otras tareas me obligan a apartarme del blog. No me voy del todo: sólo debo bajar el ritmo de publicación y - me temo - también el de visitas a sus espacios. Les ruego tengan paciencia: todavía hay muchas historias que compartir.

10 mar 2013

Un puente para La Carballeda, 1910 (Actualizado)


Ya hablamos en una anterior entrada del trabajo que le costó a Puebla conseguir un puente tras las riada de 1909. Pues bien, en aquellas mismas fechas, Codesal y La Carballeda estaban empeñados en una campaña similar... sólo que "su" puente - reconozco que ésta es la primera referencia que tengo - parecía llevar bastante más tiempo derruido.


  "En la provincia de Zamora, partido judicial de Puebla de Sanabria, hay una comarca que se llama Carballeda. El pueblo más importante de ella, Codesal,es uno de esos burgos que casi no figuran en el mapa, y que, aislados del resto de la provincia y de toda la Nación, viven una vida vegetativa y monótona, y sólo saben del Estado y de sus obras, gracias al sorteo de quintos y a la visita del recaudador de contribuciones. Carballeda encuéntrase separada de todo camino vecinal por un río, bastante ancho, y famoso en la provincia por sus desbordamientos. Este río es el Tera. Desde hace muchísimo tiempo, los carballedinos vienen solicitando que el Estado construya un puente sobre el citado río, frontera de la abandonada comarca. Lo han pedido a diputados y senadores y periódicos. Han dicho a estos últimos, en conmovedoras cartas, escritas por algún médico ó algún sacerdote, que es inicuo se condene a miles de españoles a un aislamiento embrutecedor, ya que sólo la comunicación, el intercambio de ideas y productos, puede civilizar a estas regiones sin ventura, donde un ruralismo salvaje impide todo progreso y toda solidaridad beneficiosa. Nadie les escuchó. Si acaso, algún diario provinciano dedicó a sus quejas una gacetilla inútil. 
Llegaron las inundaciones. El Tera desbordóse, y las dos barcas de que servíanse ordinariamente los carballedinos fueron arrastradas muy lejos por sus aguas fangosas. Y cuando volvió la normalidad, y la inundación retiróse de los campos que cubriera de légamo, los habitantes de la aislada comarca se reunieron en la orilla del río y miraron con espanto a las tierras que se extendían tras aquel foso abierto entre ellos y España. Detrás no había un camino ni un sendero ni otra cosa que barrancos, matorrales y cerros. Delante estaba el río, ancho, rápido y profundo, ensoberbecido aún por su victoria sobre los diques naturales que fabricara en largos siglos de falsa mansedumbre. Ni puente ni barca. ¿Cómo pedir socorro? ¿Cómo decir al Gobierno, a España entera, que la inundación les había reducido a la miseria? Hicieron una balsa, y uno de ellos, el más atrevido o el más indignado, aventuróse sobre sus tablas y llegó a la otra orilla del río. Mientras volvía, algunos otros tantearon vados, plantaron estacas y emplearon los mismos medios que emplean los indios del Amazonas cuando se encuentran ante uno de los tributarios del río más grande del mundo y necesitan pasarlo para seguir su viaje. Si, amigos. Los carballedinos pueden haberse la ilusión de que viven en el corazón de la América española, o en las inmensas soledades de la Colombia británica. La civilización no ha llegado hasta ellos. Abandonados a sí mismos, han de oficiar de Robínsones en la isla. Sin embargo, figuran en el Censo y en el empadronamiento general, y contribuyen, sin enterarse probablemente, a la elección de un diputado provincial y de un mandatario con asiento en el Congreso.  [...]

Los carballedinos, en vista de que no les construyen un puente, ni les procuran barcas, ni les remedian en sus desgracias, pasan el río en balsas o por vados, pero no vuelven a la comarca donde  nacieron. Se van a América, y sus pueblecillos quedan desiertos. Como nadie les compra las casuchas, las cierran con llave y las abandonan. Dicen por ahí que ahora van a cambiar las cosas, que tenemos un Gobierno deseoso de hacer obras buenas y perdurables, que la España rural se regenerará gracias a las iniciativas de los que empuñan el timón de la nave patria. Pues oigan esos bien intencionados, si es que los menesteres electorales de estos días les dejan tiempo para ocuparse de cuestiones serias: en España hay muchas, muchísimas Carballedas. Son, en el mapa, como negros borrones indicadores de nuestra nacional incuria. Hay que incorporarlas al siglo por medio de caminos, puentes y líneas férreas. Hay que hacerlas salir de sus rincones y demostrarlas que el Estado es otra cosa que un gigantesco cilindro exprimidor de contribuyentes. Y luego hay que limpiarlas, con agua y con escuelas. Limpiarlas con amorosa adustez, con severidad misericordiosa, ocultando, tras el gesto duro, el corazón compasivo y blando. Caminos, agua y escuelas. Sin esas tres cosas, escalonadas por el orden en que escribo sus nombres, España seguirá siendo una inmensa Carballeda"
Fabián Vidal. La Correspondencia de España, 21 de Febrero de 1910
Esgrafiado Popular

Menos de dos meses después el columnista vuelve a ocuparse del asunto con ocasión de un telegrama enviado al Gobierno ("que, probablemente, no atenderá" - escribe) por la asamblea de alcaldes de la zona. En su artículo transcribe varios párrafos de una "larga epístola de un carballedino": 
 "«Esta comarca - me escribe mi amigo - era antes rica y próspera. No se conocía la emigración en ella. Había fábricas de blanqueo y elaboración de cera, manufacturas de tejido de lino, comercios importantes que hacían muchos negocios con las poblaciones portuguesas. Pero todo este bienestar desapareció en pocos años. El río Tera se ha convertido en nuestra ruina. Sus aguas se llevaron el puente construido sobre él hace varios siglos, y todos los pueblos de Carballeda quedaron casi aislados del resto del mundo. El aislamiento mató las industrias, hizo quebrar los comercios y obligó a los carballedinos a reconcentrar todos sus esfuerzos en la agricultura y la ganadería. Mas entonces surgió otro problema ¿Dónde serían vendidas las cosechas y las lanas? Para vadear el Tera es preciso recorrer 23 kilómetros de un camino casi intransitable. Ni una carretera, ni un ferrocarril atraviesan la región. Desde que las aguas se llevaron el puente millares de familias vegetan en la miseria, sin más relación con España que la visita del recaudador de tributos y las comunicaciones de la zona relativas al sorteo de los mozos. Sucede con gran frecuencia que el recaudador, en un pueblo, no puede cobrar, porque nadie tiene dinero. Presenta su recibo y quieren pagárselo con unas fanegas de centeno. Falta el numerario casi en absoluto. ¿Y cómo no va a faltar si no hay industria ni comercio por la carencia de vías de comunicación? 

Aquí, en los meses del invierno, las gentes se mueren sin asistencia facultativa, porque el médico más próximo está al otro lado del río y es imposible vadear éste cuando trae crecida. Aquí, el vecino que no amasa debe resignarse a la falta de pan en diez ó doce días, porque el panadero no se muestra propicio recorrer cinco leguas de pésimos senderos y a vadear después el río con peligro de su vida. Aquí, en los meses del invierno, ocho de cada año, no recibimos cartas ni periódicos durante semanas enteras y no nos enteramos, sino es por casualidad, de los cambios de política. Naturalmente, la miseria originada por la incomunicación en que vivimos obliga a emigrar a la juventud, que nos abandona en masa, dirigiéndose a los países americanos. Sólo van quedando los viejos y los niños, amén de las mujeres, y se morirían de hambre si no fuese porque de vez en cuando llegan a Zamora y a Puebla de Sanabria giros enviados por los emigrantes, que lejos de su patria encontraran pan y ambiente propicio para desarrollar sus iniciativas. 
 ¿Es que no somos españoles los carballedinos? ¿No damos nuestros hijos al Ejército y nuestras pobres cosechas al fisco que viene periódicamente a embargarnos, inexorable? Muy cerca de nosotros está la frontera. Y el Gobierno portugués atiende a los moradores de los pueblos suyos que junto a la misma se alzan, abriendo caminos, construyendo escuelas y procediendo de un modo que contrasta dolorosamente con la desidia de quienes desde Madrid dicen que administran a España.»"
La Correspondencia de España, 16 de Abril de 1910


Esta vez las reclamaciones no fueron atendidas, o al menos no como hubiesen querido los carballedinos: lo que llegó fue la construcción de los embalses de Agavanzal, Valparaíso y Cernadilla, cuya presa es hoy el único paso habilitado sobre el Tera desde Rionegro hasta Puebla. A cambio quedaron sumergidos Manzanal de Abajo, Anta de Tera, la mitad de Sandín y gran parte de los mejores terrenos de los pueblos ribereños.


Ps. Las vías de comunicación obsoletas han supuesto el estrangulamiento económico de distintos puntos de nuestras comarcas. ¿Otro ejemplo? Porto, naturalmente. Con respecto a La Carballeda recomiendo a los interesados el libro "Villardeciervos de la Carballeda (Zamora): 1642-1857". Elías Vega (natural de Villanueva de Valrojo) refleja los años de expansión de la comarca durante el S.XIX, cuando a la pre existente tradición arriera se sumó el ímpetu de los veteranos de la Guerra de Independencia para desarrollar un auténtico foco de negocios, a menudo basados en el contrabando con Portugal. Pero este periodo de expansión traía en su propio éxito el germen del posterior declive: los principales magnates abrieron sucursales en Madrid o en Galicia para dirigir sus operaciones; sus hijos ya establecieron su residencia en esas sucursales y en la época de sus nietos se había perdido todo contacto con el que había sido el orígen de su negocio.

Actualización (13/03/2013)


La Asociación Cultural Las Raíces de Codesal (¡más de 25 años funcionando!) ha publicado un artículo que profundiza significativamente en esta historia. Les recomiendo leerlo en este enlace.


5 mar 2013

Hace hoy cuatro años (ya)

Hace hoy cuatro años, jueves 5 de marzo de 2009, la previsión del tiempo anunciaba lloviznas generalizadas, temperaturas sin cambios - entre 4º y 12º en mi provincia - y descenso de la cuota de nieve. No recuerdo si acertaron.

Hace hoy cuatro años Bárcenas ya ocupó las portadas de la prensa escrita. El entonces todavía juez Baltasar Garzón lo relacionaba con las iniciales "L.C." y el apodo de "El Cabrón" que habían aparecido en la documentación incautada a la trama Gurtel. Ese mismo día Garzón se inhibió de parte de la investigación en favor del Tribunal de Justicia de Valencia, por la más que probable implicación de Francisco Camps y Ricardo Costa en la trama. Y también imputó formalmente a Jesús Sepulveda, alcalde de Pozuelo de Alarcón y marido de Ana Mato, hoy ministra de Sanidad. En algunos periódicos ya se percibía el run run que acabó poniendo fin a la carrera del juez. Por su parte, Gallardón y Esperanza Aguirre andaban enzarzados por un tema de espionaje aún sin aclarar, donde el hoy presidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González fue el perejil que apareció en todas las salsas. Hoy se llevan más los espías en Cataluña.

Hace hoy cuatro años el PSOE y el PP estaban a punto de formar en Euskadi el primer gobierno no nacionalista desde la Transición; el PNV hablaba de golpe de estado institucional. Standard & Poors bajaba la calificación a unos cuantos bancos españoles - entre ellos, Caja Madrid. El Euribor bajaba, pero ya era difícil el crédito, caía el precio de la vivienda y Bancaja, con la pasta por delante, entraba a controlar el Valencia C.F. Hoy lo controla la Generalitat, que ha tenido que responder por los avales prestados en aquella operación. No diré nada más.

Hace hoy cuatro años España protestó oficialmente ante el Reino Unido por una visita de la princesa Ana a Gibraltar. En Londres estaban más pendientes del regreso a los escenarios de Michael Jackson: ante 20.000 espectadores anunció una gira con la que se despediría del público británico. Murió antes de poder iniciarla. En España, Rhianna y el dúo de Carlos Baute y Marta Sánchez encabezaban las listas musicales. En libros vivíamos el fenómeno "Millenium" de Stieg Larsson y nos sobrecogíamos con la "Gomorra" de Saviano. Se anunciaba el estreno en cines del "Gran Torino" de Eastwood. "Águila Roja" fue lo más visto en televisión. También entonces un asteroide pasó cerca de la Tierra.

Hace hoy cuatro años en Sanabria se hablaba, y mucho, del Plan de Ordenación del Parque Natural (el PORN). Dos días antes se había celebrado en Pías una de las primeras reuniones consultivas y el enfrentamiento entre vecinos y Junta se palpaba en el ambiente. Hoy el PORN sigue sin aprobarse y Pías ha renunciado a incorporarse al Parque.



Hace hoy cuatro años, a las 10:41 AM hora local, servidor de ustedes publicó la primera entrada de este blog: se iniciaba la cuesta abajo(1) de Photo Xibeliuss, luego Días en Sanabria, luego Desde Sanabria igual te interesa, Desde Sanabria hoy.

Hoy, doscientas veintitrés entradas después, unas ciento sesenta mil visitas y más de seis mil comentarios - míos, aproximadamente la mitad - sigo por aquí.

Un millón de gracias... y perdón por ser tan pesado. Tampoco hemos cambiado tanto ¿O sí?

¿Recuerdan ustedes su 5 de Marzo de hace cuatro años?