"El 23 de junio [de 1809], el horizonte era más amplio y las montañas parecían disminuir; sin embargo no podíamos divisar más de dos o tres leguas. Después de haber pasado el puerto de Lubián, el ejercito tomó posición cerca del pueblo de este nombre. Diferentes partes de estas montañas toman el nombre de pueblos vecinos. Atravesamos sucesivamente los de Chanos, Villavieja, etc., construidos en fértiles gargantas, bañadas por torrentes de agua viva. Como estábamos cerca de Portugal, varios de nuestros soldados fueron a merodear a las fornteras de este reino. Chavarría, habiendo conocido que nosotros íbamos en su dirección y temiendo ser alcanzado, dispersó su tropa y varias partes cayeron en nuestras manos.
El 24 de junio, el ejercito entró en Castilla, se detuvo en una rica llanura cubierta de cosechas y regada por los ríos Tera y Sancas [Castro]; estos ríos bañan los muros de Puebla de Senabria [N. del Autor: La Puebla está bastante bien fortificada. Esta plaza fue tomada por los portugueses en 1710, que la tuvieron hasta 1713, los cuales la rindieron a España, por el Tratado de Utrecht], que se levanta sobre una elevación que le permite dominar todo el valle. Se pueden ver dos bellos puentes; al norte se ven los restos de un viejo fuerte y al sur un castillo construido con piedra, rodeado por cuatro torres y bien conservado: los Españoles habían dejado doce piezas de gran calibre que habían enclavado.
La parte montañosa de Galicia que acabábamos de recorrer era poco fértil y los campesinos habían retirado lo que quedaba en sus casas; el Mariscal [Soult], llegado a una región fértil, quiso aprovechar sus recursos, concediendo un descanso de tres días. En los pueblos más próximos a Puebla encontramos grandes cantidades de harina con la que hicimos pan y bizcocho para quince días; es preciso señalar que debido a que los ríos se secan durante el verano y que los molinos de viento son desconocidos en esta parte de España, sus habitantes hacen moler sus granos para seis meses."
Joseph-Jacques de Naylies, Memorias de la Guerra en España durante los años 1808, 1809, 1810 y 1811. Paris, 1817.
La cuidada prosa del vizconde puede dar lugar a equívocos: no, no está contando una alegre excursión de viejos camaradas. Hay algunas frases que dejan traslucir cómo debieron vivir aquello los sanabreses de la época; desde el aprovechamiento de recursos hasta la misma fecha de la llegada de los invasores, con la cosecha sin recoger en los campos. Y, sin embargo, lo más grave se produciría casi un año después, con fuertes escaramuzas militares en el entorno de Puebla - que los españoles abandonaron por considerarla plaza indefendible - y hasta pequeñas batallas como la del Prado de la Marquesa, entre Mombuey y Asturianos. La tradición oral de la comarca lo recuerda como "la francesada" y los mayores cuentan que sus mayores contaban de corrales ocupados, de rebaños subidos a la sierra a toda prisa, de centinelas enterrados en campanarios... También, como en muchas otras regiones, de iglesias saquedas y archivos destruidos.
Muro de lajas verticales |
Y quizás sean esos, los huecos en los archivos y en los libros bautismales, los rastros más visibles que hoy quedan de todo aquello.
Fotos: El Puente Viejo sobre el río Castro, en Puebla, por donde atravesaba el antiguo Camino Real de Galicia... y la antigua Carretera Villacastín-Vigo.
¡Vaya joya! Resulta curioso comprobar como cuentan las historias unos y otros y todos sabemos como se las gastaron los franceses, o bien cualquier ejército en campaña, más siendo extranjero. Muy buen documento.
ResponderEliminarUn abrazo
Cuando empece a leer me parecia que era una descripcion de un viaje cuando las vacaciones.Los franceses ya sabemos como se las gastaron en España.Preciosas fotos.Ya hechaba de menos un poco de historia que a este paso cuando valla a las cabañas voy a saber mas que los lugareños.
ResponderEliminarUn abrazo y muy buena entrada e interesante
Que buena lección de historia, interesantísima además. Una pena esos huecos que quedaron en los archivos y en los libros bautismales. Como en otros tantos lugares, la ignorancia y el fanatismo hizo que perdiéramos muchas cosas.
ResponderEliminarPreciosas las imágenes, el leer viento el entorno hace que se sientas totalmente integrado a él.
Un abrazo
Monsieur, veo que el lugar tuvo su protagonismo también en tiempos de Napoleon, y que quedan suficientes huellas para atestiguarlo. Una epoca interesante, que daría para más de una historia :)
ResponderEliminarpreciosas imagenes, por cierto, aunque sea lo habitual por aqui.
Buenas noches
bisous
Ay, Valverde: los ejercitos en campaña. Al palacio fortaleza de los Pimentel en Benavente le dieron el golpe de gracia las tropas "amigas" de Moore, durante - según quien lo cuente - su habil maniobra para atraer a los franceses hacia el norte... o su vergonzosa huida ante Napoleón.
ResponderEliminarEn las guerras - incluso al contarlas - es dificil mantener la imparcialidad.
Abrazos
Cierto, José Manuel: cuando dice eso de "encontramos grandes cantidades de harina" ¡parece que la hubiesen visto en las estanterías del Carrefour!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Verdial, como dice Valverde, un ejercito en campaña no suele estar para muchas sutilidades: tienen la fuerza, desprecian a la población civil (generalizo, claro) y les preocupan más sus caprichos que el destrozo que puedan dejar.
ResponderEliminarMal negocio.
Abrazos
Jjejeje Madame, protagonismo es mucho decir: un papelito secundario, allí, al fondo del escenario. Tierra de paso, como casi siempre.
ResponderEliminarPero a veces también conviene dirigir el foco hacia los figurantes, pensar en tipos como el sanabrés aquel de principios del XIX que nunca conoció nada más allá de su comarca; lo que debió ser para él ver llegar al ejercito imperial y confiscarle su grano.
Buenas noches, Madame
Sabes de nuestro gusto por la historia, los documentos antiguos y el periodismo de antaño y estos retazos de historia nos maravillan.
ResponderEliminarGracias, por lo educativo del artítulo y lo maravilloso de las imágenes.
Un abrazo.
No, no fue una excursión, no, fue una sangría.
ResponderEliminarFijate que en la prehistoria de mi blog (alla por 2006) escribí brevemente sobre otro lugar y episodio del Mariscal SoultVER AQUI
ResponderEliminarpor rematar las coincidencias se me ha olvidado añadir que lo escribí EXACTAMENTE hace hoy 5 años...
ResponderEliminarGracias, Logan, Lory: Sabéis que son gustos compartidos, así que no tiene tanto mérito :)
ResponderEliminarLogio, y allí por Valdeorras también lo sufrieron bien en carne viva. Por cierto, la frase final está directamente inspirada por tu "anticristo de la genealogía".
ResponderEliminarAmio, esto va camino de convertirse en una serendipia en toda regla, jejejeje
ResponderEliminar¿Salió adelante la iniciativa para escenificar el asalto cada año?
Vaya, tendré que ir a ver la conexión Amio...¡Aquí hay un misterio!, jeje
ResponderEliminarPreciosas las fotos, ¡tan evocadoras! e impresionante la manera de contar las cosas de los franceses. Me quedo con la versión que les contaron a los mayores sus mayores.
Abrazos
En tu linea,Xibelius, buena entrada, buenas fotos.
ResponderEliminarLo del Puente Viejo no tendrá nada que ver con la novela de Antena 3?
Un abrazo.
Alma, yo hasta puedo llegar a creer que Naylies pensaba estar contando las cosas tal y como fueron... El viejo dicho del "cristal con que se mire", en tiempo de guerra, se multiplica por cien.
ResponderEliminarAbrazos
Ahí me has pillado, Tejón: ¡no tengo ni idea de que es el Puente Viejo en Antena 3!
ResponderEliminarPero supongo que no, no debe tener nada que ver con este de Puebla :)
Abrazos
Bueno, bonito y barato perfecto en tiempos de crisis. Aunque si pudiéramos hablar con gente de aquellos tiempos nos preguntarían ¿Qué crisis?
ResponderEliminarUn abrazo
"La parte montañosa de Galicia que acabábamos de recorrer era poco fértil y los campesinos habían retirado lo que quedaba en sus casas; el Mariscal , llegado a una región fértil, quiso aprovechar sus recursos, concediendo un descanso de tres días".
ResponderEliminarCreo que este párrafo es muy jugoso. Refleja con mucha claridad el proceder de cualquier ocupación militar en territorio ajeno que, desgraciadamente, la historia no deja de confirmarnos.
El eufemismo "aprovechar los recursos" es muy significativo, Xibeliuss; lo he leído en alguna crónica de la colonización de América por parte de españoles.
Tu documento es una joya, menudo filón de información histórica tienes, amigo. Las fotografías, preciosas; cada una de ellas tiene un motivo ínteresante digno de comentarse, pero ya me he excedido...jejje
Un fuerte abrazo, Xibeliuss.
Siempre resulta interesante, leer aunque solo sean jirones de la historia y meramente anecdóticos, hechos que luego nuestra imaginación los aumenta, decora y moldea a nuestro deseo. Debo decir que me encantó, y en las fotos creo que dejas tu “marca”. Saludos
ResponderEliminarJo con los franceses. Aquí en España lo tuvinmos claro: tropas que iban y que venían, franceses, españoles, guerrilleros y todo pidiendo y pidiendo sin parar. Y si no lo pedían lo robaban, mataban, saqueaban, violaban, incendiaban, y un largo etcétera a cada cual más espeluznante. Si hubiésemos tenido un rey como Dios manda otro gallo nos hubiese cantado.
ResponderEliminarSaludos
Estos gabachos eran la leche. Con españoles ayudando como siempre que hay visos de arrimarse al poder. Jo.
ResponderEliminarOye me he vuelto loco con lo de serendipa. Está claro que soy cada vez mas burrico.He encontrado el significado y un bonito cuento en San Googel
Unha paerta Xibeliuss.
Se coló. No paerta. Sí aperta
ResponderEliminarHola Xibelius, bonita historia muy bien acompañada de las fotografías de Puebla y alrededores.
ResponderEliminarEn Burgos hay una asociación que recrea por la provincia las situaciones, uniformes y armas de los franceses y españoles.
Un abrazo
Cuando vivía en La Rioja me contaron lo del vino afrancesado;era cuando mataban a alguno y lo metían en una barrica de vino para que no les pillasen,esto me lo han contado en diferentes pueblos.
ResponderEliminarUn articulo como siempre interesante.
Un abrazo.
Siempre las ocupaciones suelen ser penosas para los invadidos. Y los franceses no fueron excepción aquí. Estas fotografías de puentes, muros, ruinas, en fin de piedras viejas -la del mojón me ha gustado mucho- son mis favoritas. Un abrazo.
ResponderEliminarPues eso, Juno; que para salir de la crisis hay que imitar a estos: lo suyo es irse al Carrefour (o similar) y servirse a voluntad :)
ResponderEliminarCreo que en Trefacio estuvieron alojados unos cuantos soldados imperiales... la historia de los centinelas liquidados y enterrados (uno en un huerto, otro en el campanario) me la contaron en Murias, a dos pasos tuyo.
Abrazos, Juno.
Sí, sí, Marisa: a mí me pasó lo mismo: fue llegar a esa frase y se me pusieron los pelos de punta. Tampoco tiene desperdicio la de la harina, que los lugareños guardaban grano molido para varios meses -y ellos se ventilaron en pan y bizcochos para quince días.
ResponderEliminarUn abrazo, Marisa
Cierto, Tanxilde: con estos jirones tú imaginas, lo encajas con lo que has oído, lo sitúas sobre el terreno... intuyes lo que el autor ha escondido/omitido/disimulado.
ResponderEliminarEs un placer verte de nuevo por aquí.
Abrazos
La monarquía que teníamos era un completo desastre. Es verdad que nadie resistió el primer empuje de Napoleón, pero lo de España fue sangrante.
ResponderEliminarSaludos, Carmen
Jjejeje Aclaro: "Una serendipia es un descubrimiento o un hallazgo afortunado e inesperado. Se puede denominar así también a la casualidad, coincidencia o accidente" Ultimamente se está asociando no ya con una, sino con una serie de casualidades encadenadas.
ResponderEliminarEs una exageración, claro: lo cierto es que Amio y yo hemos coincidido en bastantes lugares y fechas sin conocernos entonces.
Un abrazo, Xabres
Siempre me han parecido muy entretenidas estas recreaciones de momentos históricos: sobre todo, para los que las interpretan. ¡Casi como volver a jugar a los soldados!
ResponderEliminarUn abrazo, Abi
Jjejejeje ¡A mi también me han contado esa historia! Y seguro que hay algún caso cierto, no lo dudes.
ResponderEliminarUn abrazo, fosi
¡Gracias, dlt! Ya no quedan muchos mojones como éste, con las distancias kilométricas grabadas en las cuatro caras.
ResponderEliminarAbrazos
Pues sí, conocía esa historia pero mi cualificada ignorancia me hacía pensar en un cuento, de todas formas no me siento mal, uno de mis sueños es que los cuentos se hagan realidad y... se ha cumplido.
ResponderEliminarUn abrazo
La liaron bien liada, la verdad es que en esa guerra los españoles andabamos "jodidos" por un lado o por el otro, Napoleón vs Fernando VII... una pena no haber dejado al Felón para siempre en Francia... Grandes fotos como siempre amigo... y si una pena las pérdidas de los archivos una fuente de información perdida para siempre...
ResponderEliminarVaya, parece que a todos hoy se nos ha dado por las memorias de guerra. Por aqui, tenemos memoria de una reciente intuil ocmo todas, absurda, solo por mas poder y tiempo para ejercerlo. La difereencia es que por aqui, y en muchas partes del pais, no se sintio como tal, no se la vivio, eran solo partes de noticias que se veian a determianda hora en la TV oficial. En el sur donde yo vivia entonces, era otra cosa.
ResponderEliminarJuno, ya sabes lo que se dice: "si no es verdad, por lo menos está bien contado"
ResponderEliminarYo me apunto a considerarlo verdadero.
Abrazos
Pues sí, José Luis: ¡qué diferente hubiera sido la historia de España!
ResponderEliminarPero no hubo suerte.
Saludos
¡Uf, Alejandra!
ResponderEliminarNo te envidio la experiencia, por muy "quirúrgicas" e "inteligentes" que sean las guerras de nuestro tiempo.
Al final todas tienden al sainete trágico.
Abrazos
Nuestras guerras y nuestras invasiones estan tan cerca y tan vivas.. que escuece la memoria de contarlas...
ResponderEliminarDuele..
Un beso...!