Durante más de treinta años Manuel Fábrega Coello, nacido en Ourense en 1875, ejerció como médico en el Concello de Lubián. Allí se casó con Antonia, natural y vecina de la localidad, en los primeros años del siglo. Nunca tuvieron hijos, pero todavía son recordados en el pueblo: se cuenta que cuando visitaba a enfermos de familias de escasos recursos, además de no cobrar, solía llevar él mismo algunos alimentos que consideraba necesarios para el enfermo - un trozo de queso, o de jamón... Mantuvo una cierta actividad política como miembro de la Asociación Republicana Radical desde 1932, por lo que participó en la campaña de las elecciones de febrero de 1936 a favor del Frente Popular. Su primo Luís Fábrega, también de ideología radical, ocupó distintos cargos en la provincia vecina: alcalde de la capital, presidente de la diputación y diputado en las Cortes Constituyentes. Tras el golpe de estado de julio, cuando las tropas sublevadas controlaron As Portelas, el médico fue detenido y enviado a la prisión de Zamora.
En 1936, el capitán Ángel Espías Bermúdez estaba destinado en Zamora, donde ejercía de oficial al mando de la 3ª Compañía de la Comandancia de Carabineros. Fue designado abogado defensor en el primer Consejo de Guerra celebrado en la capital tras el Alzamiento militar y después solicitado como tal por muchos de los represaliados en aquellos días. Entre ellos, Manuel Fábrega. El capitán lo dejó reflejado en sus Memorias:
"En una de las causas, fue encartado Don Manuel Fabregat [sic], anciano médico del pueblo de Lubián y con él Reinaldo Cortés, de profesión obrero. Al primero se le acusaba de haber albergado en su casa al General Caminero, que desde Calabor por donde iba a pasar a Portugal, fue llevado por obreros de dicho pueblo y por allí atravesó la frontera y se internó en la vecina nación [como vimos en anterior entrada]. La actuación de Reinaldo fue estar en Lubián hasta que el General se ausentó. El médico albergó a Caminero en su domicilio a petición de su sobrino Ovidio [sic]. Por lo humilde del pueblo no había hospedaje adecuado para el General y accedió a la petición. El sobrino pertenecía a a la Junta del Sindicato, que en realidad mandaba en Lubián y lo exigía. El obrero Reinaldo se encontraba en Requejo en su casa, varios compañeros le hicieron levantar y le obligaron a acompañar al General hasta su paso a Portugal, después regresó a su domicilio.
Para no actuar con las masas obreras se escondió en el túnel número cuatro, donde permaneció hasta la llegada de las fuerzas del Regimiento de Infantería Toledo, a las que se presentó y ayudó a trasladar la dinamita que había en las obras del ferrocarril. El Consejo de Guerra calificó los hechos incursos en el delito de rebelión militar e impuso al médico Don Manuel Fabregat la pena de muerte y a Reinaldo Cortés la de reclusión perpetua. A los pocos días las sentencias fueron confirmadas. Al entrar en capilla el reo Sr. Fabregat, le fue leída la sentencia delante del defensor y conocida la pena, dijo:— Me alegro me hayan impuesto la pena de muerte y no la de reclusión perpetua, dada mi edad no podría abrigar la esperanza de libertad. Lamento se me condene por rojo. No se lo qué es eso. Mis ideas son y fueron siempre de orden y de derechas. Ahora sólo quiero que avisen a un sacerdote, deseo confesarme.
El fusilamiento, con cinco reos más pertenecientes a otra causa, se llevó a efecto en las tapias del cementerio. El piquete de ejecución estaba formado por falangistas, en la primera descarga hecha a pocos pasos de distancia de los reos, no hicieron blanco en el cuerpo del médico. A la detonación encogió los hombros y quedó de pie. La segunda descarga le arrebató la vida. Reinaldo Cortés tuvo una reclusión perpetua efímera, a las pocas semanas siguió la misma suerte. En las sacas que hacían en la cárcel, fue llevado al cementerio por los católicos falangistas, y junto a la fosa asesinado"Ángel Espías Bermúdez, GUERRA CIVIL ESPAÑOLA. AÑO 1936. HECHOS ACAECIDOS EN ZAMORA Y PROVINCIA Memorias Revista EBRE-38.Nº 2. 2003
El Ayuntamiento de Lubián rindió homenaje a Manuel Fábrega en diciembre de 2006 y dio su nombre a la arteria principal de la localidad. Más curioso me resulta el caso de Reinaldo Cortés: ninguna otra de las fuentes consultadas hacen referencia a él. En principio pensé que podía tratarse de un error de transcripción del capitán Espías, pero no es así, ya que en el BOE de 21 de febrero de 1938 se publicó la instrucción del expediente de responsabilidad civil seguido contra los dos. A mi entender, esto podría dejar dos posibilidades: o Reinaldo era el contrabandista que guió al grupo del general en el paso a Portugal – lo que tal vez contrasta con su posterior presentación y ayuda al Regimiento Toledo – o fue un pobre hombre atrapado por las circunstancias en el lugar y el momento equivocados. Si alguien puede aportar más datos sobre él serán muy bienvenidos.
Quienes sí tuvieron una intervención más clara y directa en la huída de Caminero fueron: Juan Ovides (no Ovidio como escribe Espías Bermúdez: llamado Juanito, era sobrino político del doctor Fábrega), Alonso Belmonte, Eduardo Blanco... y hasta seis más cuyo nombre no he localizado. Una vez más hay discrepancias sobre su destino. En la entrevista concedida a ABC, el general relata cómo le pidieron pasar con él a Portugal y garantías sobre su regreso, pero no vuelve a mencionarlos tras su detención en Moimenta. Francisco Pilo parece situarlos a todos en Lisboa, donde el embajador Sánchez Albornoz sólo facilitó pasaporte a los tres militares. Emilio Grandío cuenta algo parecido (1), hablando de su detención en Chaves y su posterior traslado a Oporto.
Sin embargo, vecinos de Lubián han plasmado en distintos foros versiones diferentes o más completas de aquellos hechos.Al menos parte del grupo regresó camino de Lubián después de dejar a Caminero en Moimenta, pero antes de entrar en el pueblo fueron avisados por sus familiares de que les estaban esperando para prenderlos o matarlos. Volvieron a cruzar la raya y entonces fueron detenidos y trasladados, ellos sí, a Chaves. Puede ser que lograran fugarse o puede que Caminero les consiguiese algún tipo de documentación: Juanito partió al exilio y pasó largos años en Argentina y Francia; Blanco y Belmonte regresaron a España y se integraron como combatientes en el ejercito Republicano. Al acabar la guerra, Eduardo Blanco fue condenado a trabajos forzados y se libró por poco - estaba en la enfermería y no en su pabellón - de ser fusilado en otra saca de los incontrolados.
Notas:
(1)”A raia que deixou de selo. A fronteira galego-portuguesa en xullo de 1936” Servicio de publicaciones de la Universidad de Santiago, 2001. Grandío recoge un curioso testimonio del general Ramírez, el jefe de Estado Mayor de Caminero también partícipe en la aventura, que confesó haber encanecido por completo durante sus días bajo custodia en Lubián: “Nunca me había visto en tan dificil situación. Vi a las fieras liberadas y se hacía imposible volver a enjaularlas”. En la entrevista Caminero no menciona un teórico paso por Chaves.
Otras fuentes:
Otras fuentes:
- Wikipedia
- “Recuperando a Memoria (histórica) na sanidade galega (IV): GALENOS de GALICIA: Guerra Civil e represión polo franquismo” David Simón Lorda, 2012
- Y la colaboración de D. Felipe Lubián, actual alcalde del Concello.
Otro buen ejercicio de memoria historica, no se puede olvidar.Merecido reconocimiento dedicar una calle a ese médico sobrado de valores humanos, fusilado por quienes carecían de ellos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es parte de la historia y, como tal, debe ser conocida. Aunque sólo sea por no seguir tropezando una y otra vez en la misma piedra.
EliminarUn abrazo, Tejón.
Muy buen trabajo, amigo Xibeliuss. Tuviste una buena fuente de información en Felipe, aunque su padre, ya fallecido, me contó alguna vez algo con relación a este hombre.
ResponderEliminarTambien una persona que aun vive me contó, las delaciones de una persona del mismo pueblo. Parece que era falangista.
Alguién deberia husmear entre los viejos de la zona y ver de sacar información, pués esos falangistas de quita y pon hicieron demasiado daño, y fueron los causantes de mmuchas muertes.
Lo de "rojo", todavia hoy se escucha, a veces.
¡Buen trabaja!
Unha aperta, Xibeliuss.
Un vecino de mi pueblo, que entonces andaba por los 16 ó 17 años, fue uno de los voluntarios falangistas que en los primeros días del golpe cogió la escopeta de caza de su padre y se fue a pegar tiros a los "rojos". Cuando lo conocí yo no sabía nada de esto, él era ya un jubilado muy agradable querido y respetado por todos que nunca hablaba de aquellos tiempos. Cuando me enteré de su historia me parecía imposible.
EliminarCon esto no intento "justificar" nada: la vida, a veces, es muy cabrona.
Gracias y un abrazo, Xabres
Otro martir de la sin razón. Personas que no eran mas que buena gente que ayudaba a los demas ,perdieron la vida ,solo porque alguien les señalara ,o por las circustancias que rodearon algunos echos.
ResponderEliminarBellas fotos para este triste relato de nuestra triste y cercana historia que aún duele .
Un abrazo.
Como historia debemos tomarla, Inés. Conocerla, no olvidarla... pero superarla.
EliminarUn abrazo, Inés
Miles de personas fueron asesinadas, en esos años, sin razón ninguna y aunque han pasado más de 70 años, las heridas siguen ahí latiendo.
ResponderEliminarPor suerte no tenemos ningún familiar desaparecido. Pero tiene que ser muy triste a el no saber de un ser querido.
Merecido homenaje a ese hombre.
Preciosa la cuarta foto de ese camino de Lubián.
Un beso.
En mi caso sí, sí tengo familiares desaparecidos. Y en los dos bandos.
EliminarLa foto es del Camino de Santiago a su paso por el Santuario de la Tuiza, uno de los rincones más espectaculares del Camino mozarabe - sanabrés.
Gracias, Laura. Un abrazo.
Era la crónica de una muerte anunciada. Cuántos crímenes injustos, como el del médico de Lubián, se cometieron en aquellos años hambrientos de sangre, rencor y odio, a causa de una intolerancia política que hizo empuñar fusiles civiles contra fusiles hermanos. Se entiende el miedo de Manuel Fábrega al cambiar de orientación política en su declaración (de republicano a de derechas) ante el terror de los monstruos que tendría delante (eso en el caso de que no hubiera habido manipulación en su declaración). Pobre gente...
ResponderEliminarTu trabajo de investigación es excelente, Xibeliuss, y tus fotografías, otro regalo más.
Un abrazo grande.
No, d. Manuel no mintió en esas últimas palabras. Conviene tener esto muy claro: no todos los republicanos eran "rojos", ni siquiera necesariamente de izquierdas. Los Radicales ocupaban un espacio político similar a la UCD de nuestra transición, en donde estuvieron desde el centro derecha (tipo Óscar Alzaga o Javier Rupérez, que acabaron en el PP) al centro izquierda (como Francisco Fernández Ordóñez, que acabó en el PSOE). Los Radicales formaron Gobierno de 1933 a 1935 y fue su pacto final con la CEDA de Gil Robles (la derecha de entonces, que en cierto modo coqueteaba con el golpismo) lo que precipitó su escisión en varios grupos. Uno de ellos, el que supongo que es con el que simpatizaba Fábrega, formó parte de la coalición del Frente Popular, donde también había otros partidos federalistas de Centro.
EliminarEl médico demostró que era hombre "de orden" con su (escasa) participación en la fuga de Caminero, al que tuvieron que esconder porque los obreros más exaltados querían linchar al no fiarse de su postura.
Gracias por tus palabras, Marisa. Un fuerte abrazo.
Cuántos pobres hombres atrapados por las circunstancias en el lugar equivocado hubo durante esos años. No me extrañaría que fuera el caso de Reinaldo. De todos modos, lo veo a usted muy dispuesto a seguir investigando. Tal vez un día obtenga las respuestas que busca.
ResponderEliminarFeliz día
Bisous
No he conseguido encontrar más de Reinaldo y creo que el resto se encuentra en Archivos inaccesibles para mí en este momento. Mucho me temo que la investigación acaba aquí, a no ser que algún "informador" pueda aportar algún dato más.
EliminarFeliz día, Madame
Un hombre fiel a sus ideas, siempre humanitarias y libres, que pagó por ella; son muchas las historias locales que conforman la histoira, y no siempre conocidas; haces bien en sacarlas a la luz; sus valores lo merecen, aunque se honre su memoria muy muy tarde. Feliz semana, Xibeliuss.
ResponderEliminarCreo que en estos casos más vale tarde, pero que llegue. Ni por revanchismo, ni por venganza: porque deben conocerse.
EliminarUn abrazo, Paco y feliz semana
Amigo Xibeliuss has hecho un excelente trabajo pero lamento decir que no es de mi gusto, estas historias me producen dolor. Verás, no sé si te he contado una parte de mi pasado donde perdí algún amigo (por tiro de bala) solo por pedir democracia en la calle, yo ahí me di cuenta de cómo la suerte decide, como también decidió en Atocha porque mi curso de sindicalismo acababa a las 22h, en fin se que me conoces y no me gusta parecer nada, quizá por tener complejo de serlo.
ResponderEliminarLo que quiero decir es que algunos de los que escribimos en este blog y algunos mas, si hubiéramos tenido la misma suerte que los personajes de tu texto y cambiando la fecha de nacimiento hoy seriamos nombrados para ver si algún hijo se acordaba de lo que hacía su padre o su madre, mis hijos no han sabido nada de mi en esto, solo ahora y con democracia lo puedes contar y a veces lo hago (si viene a cuento).
Así es la suerte, haciendo lo mismo unos disfrutan y otros fallecen, es triste, muy triste, para mi tristísimo.
Dos abrazos
Hola, Juno. Entiendo lo que dices, lo entiendo muy bien.
EliminarComo sabes, yo no soy historiador ni pretendo serlo - ni siquiera en el honroso grado de aprendiz. Mi vida profesional está(ahora y antes) muy alejada de este campo. ¿Por qué me meto en estos jardines?. Porque cuando busco información sobre "Sanabria" en internet, en una biblioteca o en una libreria, encuentro montones de textos sobre lo bella que es esta tierra (y lo es), su singularidad geológica, la importancia de su naturaleza... y poco, muy poco, de la gente que ha vivido en ella desde hace siglos - nuestros antepasados, tuyos y míos. Yo quiero saber quién fue Manuel Fábrega y porqué tiene una calle en Lubián, el Manuel Carbajo de Inés, el obispo de Calahorra que nació entre gallinas y ovejas, el músico de Mombuey que alcanzó la fama tras ser castrado por un cerdo, los gaiteros de Pedrazales... y los que vivieron su vida sin hacer - aparentemente - nada digno de recuerdo.
Cuando busco información para estas entradas, lo que menos me importa es la Guerra Civil o las razones de las incursiones de castigo en Portugal: lo que intento es "ponerme en los zapatos" del sindicalista que se enfrenta a sus compañeros, poniendo en riesgo su vida, para evitar el linchamiento de un general al que no conoce y que a lo mejor no es de fiar. O del paisano al que el Conde de Benavente quema su pueblo porque enemigos suyos han buscado allí refugio.
Me estoy enrollando: yo sí creo que estas historias son dignas de ser contadas, porque creo que siempre habrá alguien que tenga interés en conocerlas.
Un abrazo, amigo
Pd. ¿Llegaste a ver la nieve o "escapaste" antes?
La dignidad de tus historias a mi me encanta, y como siempre yo escapo en cuanto puedo (de la nieve por los pelos).
Eliminarjejejejeje
EliminarLeo con interes lo que escribes y me gusta.Las fotos estupendas..Lo unico que pienso es que mucha gente se ve metida en estos jaleos por estar en el sitio equivocado en ese mismo momento.
ResponderEliminarUn abrazo y magnifica labor de investigacion
Gracias, J.M.
EliminarEn tiempos tan revueltos quizás lo dificil es darse cuenta del embrollo en el que estás metido. Si al menos los resultados provienen de una decisión que tú has tomado, al menos te queda ese consuelo: lo malo debe ser cuando los acontecimientos te arrastran sin comerlo ni beberlo, que se dice.
Abrazos
Las guerras son injustas y más cuando se llevan de por medio a gentes que nada han tenido que ver en ellas, gentes de paz que se vieron envueltas en las rencillas sin sentido entre los bandos creados por sus propios compatriotas con el único deseo de autodestruirse. El bueno del médico de Lubián acabó perdiendo su vida en las tapias del cementerio por una decisión sin importancia para él, pero de consecuencias funestas.
ResponderEliminarSaludos
Yo creo que la decisión sí fue importante para él: actuó como pensaba que debería hacerlo, cuando lo más cómodo (y seguro) hubiese sido mantenerse al margen... o incluso unirse a los pretendidos linchadores.
EliminarO no, quién sabe: a lo mejor le hubiesen fusilado de todas todas por haber hecho campaña a favor del Frente Popular.
Saludos, Carmen
Copiado fielmente –incluyendo faltas- de la causa número 670 contra...
ResponderEliminar“SOCIALMENTE segun manifiestan personas solventes del pueblo, gozaba de buena reputación, aun que politicamente se le consideraba elemento peligroso. “
Luis Graña (Alcalde de Lubián)
Me atañe esta historia, pero no me afecta que se cuente como información, y no comparto ciertos afanes sobre lo ocurrido hace tantísimo tiempo.
Soy un familiar directo de uno de estos nombrados protagonistas, que gracias a que era un ser excepcional, no inculcó odio ni rencor contra los demás que no pensaban igual y que posiblemente pensaba que le habían hecho daño.
Acertó en muchos casos, ya que su familia estaba segura de quién eran los que habían declarado contra él y sin embargo actualmente sabemos ciertamente, verazmente, que estaban equivocados, eran sospechas infundadas.
Gracias por el comentario, Anónimo.
EliminarMi único afán, como digo más arriba, es contar historias de la gente que ha vivido en esta tierra. Nunca reavivar el odio o la disputa sobre hechos que ya son parte de la historia, no de la actualidad.
Cuando reunía documentación para esta entrada (y la anterior) siempre pensé que si hubo un comportamiento heróico en todo ello no fue por parte del General Caminero, sino de los que se jugaron la vida por ayudar a un representante del orden establecido en aquel momento.
Saludos cordiales.
En esto de la guerras mueren siempre miles de personas inocentes porque la sinrazón les asiste.
ResponderEliminarPoco a poco volviendo a la normalidad. Aprendiendo a manejar el Windows 8. Mil gracias por tus ánimos y cariñoso comentario.
Buen finde
Un cálido abrazo
Hola, Katy.
EliminarEs un placer verte de nuevo por aquí y, sobre todo, que se vayan solucionando tus problemas informáticos. Cambiar de ordenador siempre acaba siendo un engorro, hasta que consigues volver a tenerlo todo a tu gusto.
Abrazos
A pesar de narrar hechos tristes de nuestra guerra civil, siento interés por esa época, por hechos sucedidos en Sanabria. Te agradezco que publiques este tipo de historias.
ResponderEliminarUn abrazo.
Valverde, si te interesa el tema entra cuando puedas en el enlace de las memorias del Capitán Espías. Relata de primera mano los primeros días del Golpe militar en Zamora capital y parte de la provincia.
EliminarAbrazos
Que tremendo tuvo que ser, cuanta injusticia, tan sólo por pasar por el sitio equivocado, por unas palabras, por ayudar buenamente, pasaban por el fusil, cuánto miedo acumulado y cuánta impotencia.
ResponderEliminarHermanos contra hermanos, dolor contra dolor.
Increíble pero cierto.
Un abrazo
Fueron tiempos muy difíciles, Soledad. Demasiado dolor o rencor acumulados.
EliminarAbrazos
Soberbio relato, Xibelius, ecuánime y pleno de objetividad, como acostumbras, siempre con el ánimo sereno. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Dlt.
EliminarSiempre lo intento, pero especialmente en un tema como éste, cercano en el tiempo y con protagonistas o familiares directos todavía vivos. El mérito principal fue dar con las memorias del capitán Espías, escritas con la voluntad de dejar testimonio de lo que vivió sin ningún ánimo vengativo.
Abrazos
Una historia conmovedora, pues este médico, hombre de bien, no merecía una final tan sangriento. Las guerras borran todo lo bueno de las personas, no digamos ya los juicios sumarísimos en los que la sentencia está dictada de antemano. Me alegro de que Lubian le rindiera el homenaje de dedicarle la principal calle del pueblo. Saludos cordiales.
ResponderEliminar"Las guerras borran todo lo bueno de las personas" Demasiados ejemplos hay, más cuando resulta facil esconderse entre las turbas y dejar que el odio se retroalimente hasta la barbarie.
EliminarUn abrazo, Isabel
Seguro que al hombre le habría hecho ilusión el que sus paisanos tantos años después le siguen recordando por buena persona...
ResponderEliminarDos republicanos en "Brumoso": el general Caminero y el doctor Manuel Fábrega Coello
ResponderEliminarhttp://diariodeunmedicodeguardia.blogspot.com.es/2011/02/dos-republicanos-en-brumoso-el-general.html