18 dic 2012

Sanabria, 1931: República de Trabajadores (y 2)

 (viene de aquí)


"Al otro lado del lago está la segunda aldea: Ribadelago. Aquí, los aldeanos no tienen que pagar el foro, pero no por ello pasan menos hambre. Aquí, hay todavía menos tierra. Unos  diminutos  sembrados  de  patatas,  que  tal  parecen  huertos  de  juguete.  Los moradores de estas aldeas comen patatas y habas. Procuran comer con medida, para no excederse.  Cabañas  como  gallineros,  barracones  oscuros  sin  ventanas.  Rara  vez encienden los candiles. El aceite resultaría demasiado caro. En cada guarida de éstas, viven seis, ocho, diez personas. Enfermos, ancianos, niños; todos revueltos. Antes había una escuela. Luego, trasladaron al maestro y se olvidaron de mandar otro. Y no notan su falta, pues es difícil tener ganas de estudiar con el estómago vacío. 
 
 En toda la aldea no hay más que una casa con chimenea, ventanas y hasta visillos en las ventanas. En esta casa vive el administrador de la señora de V... Sobre esta señora se podrían  componer  versos.  Antaño,  el  poeta  le  hubiese  cantado:  “¡Hermosa  eres, poderosa y rica...!”. Yo no sé si la señora de V... es hermosa. Sólo sé que es poderosa y rica. Es propietaria de varias casas de la Gran Vía de Madrid. También le pertenecen las aguas del  lago de San Martín de Castañeda.  Estas aguas,  suavemente plateadas,  que despiertan los sentimientos líricos y que, además, son ricas en pescado. La tierra no es de la señora de V...  A ella sólo le pertenece el  agua.  Cuando el  agua sube de nivel, crecen sus dominios. Es un rompecabezas jurídico, complicadísimo. Pero el abogado, que es casualmente el mismo caballero a quien los aldeanos del pueblo vecino pagan el foro, sabe desenredar muy listamente estas sutilezas. A la señora de V... le pertenece el agua con todos sus peces. El pescado del lago es excelente: magníficas truchas. Pero la señora de V...  no puede hacer  nada con estas truchas.  Los portes hasta Madrid son demasiado caros. Y la señora de V... puede pasarse perfectamente sin este pescado, pues un solo piso de uno de sus rascacielos madrileños le rinde mucho más que todo este poético lago.
 

El administrador de la señora de V...  pesca las truchas. A veces, las vende en Zamora o en los pueblos de los alrededores. Vende las truchas al abogado. Las que puede, se las come él mismo. Pero en el lago hay mucho pescado y los peces pueden pasearse a sus anchas, sin temor a nadie. El administrador del lago se construyó un precioso hotelito. Se convirtió en el  cacique del  pueblo. Fue hasta alcalde.  Vive espléndidamente.  Sus derechos están defendidos por los guardas. Los guardas tienen escopetas. Si un aldeano, muerto de hambre,  se atreve a pescar de noche,  le amenaza con una multa o con la cárcel. En España, a veces, saben hacer cumplir las leyes... Los aldeanos hambrientos pueden contemplar el  lago, admirar las truchas azuladas y asalmonadas,  admirarlas y conmoverse. Así pintaban el infierno los pintores de la primera época del Renacimiento. No falta detalle. Los pescadores se retuercen hambrientos y desesperados, mientras el diablo está sentado plácidamente en su casita, detrás de los visillos. Esta  mañana  llegó  a  la  aldea  un  médico  de  Zamora.  Es  un  hombre  bueno  y candoroso. Asiste gratuitamente a los aldeanos y hasta les ayuda de su bolsillo con cuanto puede. Antes, hacía propaganda aquí para la República. Creía firmemente que la República no se limitaría a trasladar al señor Alcalá Zamora de la cárcel al palacio real, sino que daría también de comer  a los campesinos de Ribadelago. Una mujer  alta, rodeada  de  críos,  le  para  en  la  calle.  Tiene  el  rostro  afilado  por  el  hambre  y  los sufrimientos.

¿Cómo es, don Francisco —le pregunta la mujeruca al médico—, que la República no ha llegado todavía hasta nosotros?

La ironía española es siempre seria.  La ironía literaria del  Arcipreste de Hita,  de Cervantes, no se diferencia gran cosa de la ironía de cualquier aldeano. Don Francisco calla.  Después de todo, ¿qué va a contestar? ¿Que la República es muy comodona? ¿Que le asusta el  viaje burro? ¿O confesar  que hace tiempo que la República llegó a estos lugares,  pero que se detuvo en casa del  administrador de la señora de V...[Villachica, Victoriana de],  que tutea al  abogado de Sanabria,  que entiende mucho de foros y de truchas y que no es sólo una República, una República como otra cualquiera, sino una República de trabajadores...?”
Ilya Erhenburg: España, República de Trabajadores. 1932


Notas 

  • Como en el caso de la Carta a Unamuno, el texto de Erhenburg puede ocultar motivos propagandísticos, pero no utiliza datos falsos: Alejandro Casona llegó a Sanabria tres años después al frente de una Misión Pedagógica y Social y su descripción de Ribadelago y San Martín es coincidente. En cuanto al tema del foro - me han contado que en determinados lugares se siguió pagando hasta la década de los 50 del S.XX - les recomiendo el artículo "Crónica de una frustación forestal", de Luis Ángel Sánchez Gómez: aunque centrado en la localidad zamorana de Abejera, las vicisitudes de los vecinos por librarse de los tributos señoriales, el esfuerzo por adquirir la propiedad de las tierras y la posterior expropiación por parte del estado les resultarán familiares a todos los sanabreses y carballeses.

  • Fotos extraídas del libro “El Lago de Sanabria, Sitio natural de Interés Nacional. Paisaje pintorescoJoaquín Aroca García, 1959.  Este opúsculo recoge una conferencia del mismo autor, entonces miembro de la Asociación Española de Escritores de Turismo, fundador de Los Amigos del Lago de Sanabria y Vocal Gestor Delegado de su Patronato Nacional, dictada en Madrid el 23 de enero de 1959; es decir: dos semanas después de la rotura de la presa de Vega de Tera. Las referencias a la tragedia son mínimas, muy escasas.

Fidel, alcalde pedáneo de Ribadelago en 1959

  • En este mismo libro encontré una reproducción de la dedicatoria que Unamuno dejó plasmada en el Libro de Visitas de la Hospedería de Bouzas, regentada entonces por los señores de Requejo. En ella, el viejo rector transcribe sus célebres versos sobre la comarca (San Martín de Castañeda, espejo de soledades...) y finaliza "En el Lago de San Martín de Castañeda, de Sanabria, oyendo el rumor de Valverde de Lucerna, sumergida bajo las aguas, el día 1º VI 1930"


  • Y ya que vuelve a salir Unamuno, aprovecho para compartir con ustedes el correo que me envió Alfredo tras la publicación de la entrada citada:
  • "El personaje de San Manuel Bueno martir fue sacado de un cura de Santa Cruz de Abranes, llamado Manuel Rodríguez Fernández. Unamuno estuvo en ese pueblo y conversó largamente con ese señor, cuyas creencias, problemas y contradiciones están vivamente reflejadas en la novela. El cura era tio abuelo de mi madre, quien fue testigo de esas conversaciones y falleció en San Román, de donde era oriundo, hacia el año 1951"
    ¿Qué les parece? ¿Cambiaría nuestra percepción de la novela el saber que Don Manuel pudo ser un personaje real?


34 comentarios:

  1. Creo que llevas razón en lo que dices, el texto de Erhenburg no falsea la realidad, es más, creo que la describe minuciosamente, como un novelista realista; son muchas otras descripciones de esa España profunda que coinciden en lo sustancial: la miseria, el hambre, el frio, la insatisfacción general. Toda una semblanza de un lugar y de una época concreta. Un abrazo, amigo Xibeliusss.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ilya escribió este libro para el público soviético y, en cierto modo, intenta convencer sobre las "carencias" de las democracias "liberales". Aunque en casos como éste lo que pervivía era casi el Antiguo Régimen.
      Un abrazo, Paco

      Eliminar
  2. Maravilloso compendio, maravilloso. Y demoledor.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Amio. Siempre es un placer verte por aquí.

      Eliminar
  3. Según lo iba leyendo me producía indignación comprobar como continuaban los sanabreses viviendo en la miseria mientras los ricachones o en este caso ricachona, vivían a todo lujo a costa de las riquezas de todos. No me sorprende las descripciones de como vivían y la pobreza en que se encontraban. Es cierto que Madrid estaba muy lejos y la república no llegó a muchos lugares pero al menos al cabo de un tiempo que no sé precisar considero el lago de Sanabria como un bien público a pesar de los impedimentos y recursos de la señora de Villachica; quizás para expiar sus culpas o porque le sobraba dinero hizo una fundación que construyó el seminario menor de Toro, además cerca había y hay una finca llamada de Villachica de gran valor, aunque ignoro quien es su dueño si los descendientes de la señora, la diocésis de Zamora o ...?
    A pesar de que los asuntos que se tratan no son nada agradables me ha gustado la entrada, quizás porque conozco los lugares y descendientes de aquellas gentes que vivieron en la más absoluta pobreza.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cierto, Valverde: fue la República la que consiguió arrebatar el Lago a la Villachica y declararlo como Bien de Interés Público. Por lo que sé, Victoriana murió sin descendencia y dejó la mayor parte de su herencia a la iglesia.

      Señalas además un tema muy importante: Ilya recorrió España en 1931, el mismo año en que se instauró la república. Por lo tanto, el panorama que describe no es producto de la mala gestión republicana, sino, precisamente, el país que debía modernizar, poner en el S.XX

      Ilya es un ejemplo claro de la división entre los que pensaban que la República iba demasiado lejos y los que creían que se quedaba corta.

      Un abrazo, Valverde

      Eliminar
  4. Pocas veces he visto reflejada nuestra tierra sobre el papel como aquí.
    Las fotos son casi historias completas.
    La foto de Ribadelago, la primera, es impresionante y refleja una arquitetura reconocible en cuakquier rincon Sanabrés no hace mucho tiempo.
    La de la "malla", hecha con mallos, todavia están en mi retina las conocidas por la tirrra de mi madre.
    Gracias Xibeliuss, por estos retazos que nos regalas por aquí.
    Unha aperta.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tenía dudas sobre esa foto y José Luis las aclara más abajo: no es Ribadelago, sino Galende. Aunque como bien dices, con poca diferencia podrá pertenecer a cualquier pueblo de Sanabria. Y los medeiros fueron parte protagonista del paisaje hasta no hace tanto.

      Gracias a ti, Xabres

      Eliminar
  5. Todo es terrible, pero esa frase: "En España, a veces, saben hacer cumplir las leyes..." La de Ilya es también una ironía seria, no?

    (Mi percepción sobre la novela de Unamuno no cambia por el hecho de que Manuel existiera o no realmente pero que detalle tan bonito el de Alfredo, claro que el post lo merecía :) Estás haciendo un trabajo asombroso)

    Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Alma.
      Yo creo que ya lo he repetido varias veces, pero es que es verdad: Ilya tiraba con bala. Si enganchaba cuello, no lo soltaba.
      También lo digo en la contestación a Valverde: él estaba entre los impacientes, los que pensaban que la República se quedaba corta. Lo cierto es que, en aquellos años, había situaciones ante las que era dificil no perder la paciencia.

      Un abrazo, Alma

      Eliminar
  6. Vaya crónica,amigo,casualmente una de las frases que más me ha gustado es la que describe Alma en su comentario, y lo de las referencias a la tragedia de la rotura de la presa fueron escasas hasta bien pasados los años, de eso quedé bien enterado, sigo recordando los breves pero intensos días pasados por esa tierra.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es verdad, Tejón. Pero conociendo la historia suena raro leer eso, una conferencia dictada a los pocos días, ensalzando lo pintoresco del paisaje y referirse sólo de pasada a los "malos momentos por los que atraviesan"... ¡Que fueron 144 muertos, leñe!

      Un abrazo, Tejón

      Eliminar
  7. Sin duda Ilya Erhenburg tenía alma de escritor y caminante, amén de crítico político y azote de la burguesía. Como dato de interés te comento que en las notas indicas que el Foro en determinados lugares se siguió pagando hasta la década de los 50 del S.XX. Y eso es cierto, porque mi suegra lo continuó pagando hasta 1952 y se lo contó a su hija y ésta a mí.

    Y por cierto, la fotografía que aparece en cabecera es de Galende y está tomada desde lo alto del campanario. Yo tengo una similar también en blanco y negro y muchas más tomadas con digitales. La casa con ventanales blancos que se ve situada en el margen izquierdo era la del médico y desde hace muchos años ahora es de mi cuñado. Verás que por el centro de la calle discurre un arroyo encajonado entre piedras y losas. Pues bien, en el año 1972 todavía seguía al descubierto, hasta que lo taparon. Esta zona de Galende todavía se llama "El Mellugar" (el lugar del medio). Mas abajo y cerca del río Tera está el "Barrio Baixo", y siguiendo la ribera está el barrio de "La Ribiella" que bordea la orilla del río y tras una leve cuesta desemboca en el tramo de la carretera Galende a Ribadelago.

    En fin estimado Xibeliuss, que me has hecho recordar. Y eso es bueno para mi salud. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tenía dudas sobre esa foto desde el primer momento, porque tenía claro que estaba hecha desde un punto alto y en Ribadelago no me cuadraba. Pensaba llegarme un día de estos a Galende y comprobarlo desde el campanario. Lo haré, de todas maneras, para retratar los cambios.
      Si no recuerdo mal, en el Mellugar se hacía el baile en las fiestas de primeros de agosto ¿verdad? Aunque creo que luego lo desplazaron a la Ribiella.
      Un abrazo, José Luis

      Eliminar
    2. Cuando vayas a Galende y lo compruebes verás que la preciosa balconada acristalada ya no existe aunque yo todavía llegué a conocerla en el 72, pero ya casi en ruinas, por lo que mi cuñado cuando compró la casa optó por derribar lo poco que quedaba de ella. Las casas frontales a las de mi cuñado todavía existen, pero totalmente reformadas aunque conservan sus muros maestros.

      Y en efecto, en el Mellugar era el punto donde se hacia el baile hasta hace un par de años. En este año ya no hubo baile ni la tradicional merendola donde se reunía todo el pueblo. Y la Ribiella sólo se ha utilizado para partidos de fútbol infantil, pero no para baile. Habría mucho que hablar sobre la gestión municipal y los desmanes habidos no sólo en la Ribiella, sino en todo el término de Galende. Pero mejor corro un tupido velo que me puedo embalar y no dejar títere con cabeza.
      Que motivos, haberlos haylos.
      Un abrazo, Xibeliuss.

      Eliminar
    3. La memoria es a veces engañosa: estaba convencido de haber estado en algún baile en la Ribiella, cuando todavía se llevaban orquestas.
      Entonces - digo, cuando se contrataban orquestas - no me perdía las fiestas de ningún pueblo, aunque hubiese que ir andando: desde El Carmen en Trefacio hasta las Vitorias de Puebla. Luego casi se perdieron, se recuperaron en plan más familiar (casi exclusivas de los vecinos de cada pueblo) y ahora hay que esforzarse por seguir manteniéndolas, aunque sea a este nivel.
      Para hablar de la gestión municipal de Galende y de otros cuantos ayuntamientos de la comarca tendrías que reabrir tu antiguo blog: no tienes sitio en "el cielo" para ello, jejeje.
      Abrazos

      Eliminar
  8. Interesantísimo trabajo. Me ha gustado mucho el texto y esa pregunta de la aldeana, libre de toda retórica y meridianamente verdadera y clara. Eso nos pasa muchas veces: que hay necesidades que no pueden satisfacerse con retóricas, con aplazamientos, con remisiones al futuro... Y estoy pensando en todo ese discurso del despido por cuatro perras "para crear empleo". En fin.
    Felices fiestas, querido amigo, y que el próximo año nos traiga lo que sea, pero sin retóricas. Besazos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A veces no hay nada más poderoso que una pregunta bien planteada, una que no admita como respuesta las habituales retóricas que comentas.
      Felices fiestas también para ti, Isabel, y casi me conformo con que el año que viene no nos quiten más cosas.
      Abrazos

      Eliminar
  9. Desconocía que la señora poseía pisos en la Gran Via de Madrid con los beneficios de las aguas del lago,supongo que los niños de Ribadelago nunca le cantaron villancicos en su puerta ni le pidieron el aguinaldo.
    Seguro que se limitaba a verlos tras los visillos y nunca salia a la calle a preguntarle como se encontraban,con lo bien que habria quedado la imagen de su persona para la posteridad si alguna vez les hubiera regalado unas truchas para quitarles el hambre...
    Y en su egoismo jamás se pudo imaginar que tendría que prestarle sus aguas para su descanso eterno tras la tragedia del 1959.
    Yo siento que Ilya no viese que en algún lugar de Sanabria habia inquietudes por mejorar la vida de la gente ,pues yo se que las había ,lo que sabían los Sanabreses es que si querían algo ,habian de hacerlo ellos mismos, no esperar nada de ningún gobierno...
    Y no es cierto que sus casas carecían de chimeneas ,pues si que las tenían ,con una cadena en su interior donde se colgaba el pote o el caldero, tambi,en el asador de las castañas,que bien alborozados se ponían los niños a su alrededor cuando el asador doraba las castañas, otra cosa es que viera salir en algún momento el humo entre las pizarras ,pues los techos carecían de falso techo y cuando habia algún rebufo ,el humo se estendía por las cocinas y ahumaba las paredes ,la matanza y la cara de las mujeres que eran las que mas tiempo pasaban en la cocina y al final el humo salía por donde podía....y aquella gente ya conocía los candiles de carburo y las lamparas de grasa ,aunque para ir por la calle en una noche oscura se alumbraban con fachones de paja.
    Y no le gustaron las casas, pero eran apropiadas para el clima de esta tierra ,con paredes de piedra ,ventanas pequeñas para que no entrase el frio,con sus corredores orientados al mediodia ,donde jugaban los niños al sol los dias de invierno y donde cosian las mujeres y donde ponían a secar el orégano para la matanza...Y todas ellas tenían en la planta baja las cuadras para los animales, que aportaban calor a la vivienda, yo creo que fueron edificadas con sabiduría, claro está que no tenían las comodidades ni el aroma de los hoteles que los intelectuales de la época solían frecuentar.
    También se de otros lugares de España donde el hambre fué mas acuciante que en Sanabria, pues aquí tal vez se comiera mucho caldo de berzas con compango de matanza ,pero siempre habia un plato caliente y algún pollo para los Domingos y huevos y algún cordero , patatas ,manzanas y pan negro.
    Tal vez el hambre mayor fué sentirse abandonados de cosas gratificantes para el intelecto y por eso se llenaban de hijos ,sobre todo en invierno cuando las noches son tan largas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gran comentario, Inés. Lleno de datos y de sentimiento.

      No culpes demasiado a Erhenburg: él es sólo el mensajero. Como buen cronista/propagandista tiende a centrarse en lo más llamativo, pero creo que lo que cuenta es cierto: coincide con otras crónicas y coincide con testimonios directos. En mi caso, las referencias que yo tengo vienen de los mayores de mi familia, que vivieron su infancia sobre mediados de los años 30. Lo que cuentan, y es lógico, es que dentro de la escasez general (Sanabria no era el único caso, por supuesto) había muchos grados intermedios, entre los que vivían en la miseria absoluta y los que vivían relativamente bien - y no todos estos eran señoritos ni nobles. Y también había diferencias entre los s pueblos. Claro que había sanabreses con inquietudes y con esperanzas, la prueba es que sacaron adelante a sus familias y de ellos venimos nosotros. Mi abuelo estuvo en Cuba, en Argentina, en Madrid, en Sevilla... siempre para volver a casa con unas monedas en los bolsillos. Lo malo fue que muchos no encontraron más opción que quedarse fuera, hacer su vida lejos de su tierra.

      Una consideración con respecto a las casas: tanto las chimeneas como las dos plantas son "innovaciones" relativamente recientes. En 1923 Krüger - autor del más completo estudio sobre la cultura popular sanabresa de aquellos años - todavía encontró muchas casas sin chimenea, donde el humo se filtraba a través de la pizarra; menos viviendas que todavía tenían la cubierta de cuelmo y ya ejemplos muy escasos de casas con una sola planta, donde el establo y la cocina estaban al mismo nivel, sólo separados por cañizo.
      Un saludo, Inés y felices fiestas

      Eliminar
    2. Xibeliuss, si tu abuelo estuvo en Cuba, también lo estuvo el abuelo de mi mujer. Por lo tanto quizá se conocieron. Yo conservo su machete de cortar caña.

      Eliminar
  10. He leído los dos capítulos de golpe y he disfrutado mucho leyéndolos.
    Recuerdo también aquellos otros que publicaste hace meses sobre la propiedad de las aguas del lago, y cuando he llegado en este a lo que tan bien a observado Alma: "a veces en España se cumplen las leyes", no he podido dejar de pensar en la situación actual, que es la de ayer, la de anteayer, y la de casi siempre en España.
    Conforme con tu apreciación sobre el carácter propagandístico del texto, aunque es interesante y veraz, pero esas referencias al viejo régimen y el comportamiento de los señores, la lo dije, no es muy diferente al existente en la época zarista antes de la revolución. Me lo he pasado muy bien leyéndolo. Gracias Xibelius. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti, dlt.
      Yo pienso que lo que Erhenburg quería transmitir a sus lectores rusos - para los que escribió el libro - era que su única "salvación" pasaba por el régimen soviético; por los planes quinquenales, las colectivizaciones y el socialismo de un sólo país que en realidad lo que escondían era la dictadura de Stalin. O sea, y esto también es muy moderno, lo que decía era "Este sistema puede ser duro, pero no hay otro remedio: fijaos en lo mal que están los demás"
      Un abrazo y felices fiestas

      Eliminar
  11. Bueno pues nos has hecho pasar un buen rato, tenemos más conocimiento de algunas costumbres o formas de antes, algunas fotos desconocidas (me quedo con la de Galende) y con opiniones valiosas sobre la manera de encarar la vida los de antes.
    Me parece que la opinión de Ilya es correcta al margen de una posible intención personal con su escrito, lo cierto es que hoy salvo raras excepciones lo escrito o publicado está basado en opiniones propias del fanatismo ideológico. Yo pienso que cuando se escribe será para exponer la razón o la verdad, no para defender a mi equipo, salvo que aclare que me da de comer y de vestir dando así una imagen real para el lector. Debemos reconocer como los tiempos de Madrid-Barça, los españoles los seguimos antes de aparecer estos.
    En fin como mi abuelo también estuvo en Cuba no avanzaré mas por si molesto y resulta que tenemos un parientito común desconocido y no quedaría bien. Gracias otra vez y Felices Fiestas.
    Dos abrazos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Juno, mi opinión sobre Ilya no es la de un experto: he leído alguna obra suya y algunas reseñas biográficas enfocadas desde puntos de vista muy distintos. Con lo cual reflejo una posición completamente subjetiva: quizas el autor creía a pies juntillas en el régimen soviético y no hay ni una pizca de propaganda en lo que dice, que su preocupación por los desfavorecidos es real... o, como suele pasar, que la realidad sea una mezcla de todo.
      Una de las cosas más rechinantes del periodismo o la política actual es lo que señalas: el tragar con las ruedas de molino de nuestros correligionarios y encontrar siempre la paja en el ojo ajeno.

      Abrazos para todos y felices fiestas, Juno.

      Pd. ¿Tú también guardas el machete de cortar caña?

      Eliminar
    2. Cuando quieras te lo enseño

      Eliminar
    3. No, que tú eres capaz de enseñármelo "muy de cerca" jajajajajaja
      Felices fiestas para todos, Juno

      Eliminar
  12. A partir de hoy, y cuando vuelva a leer "San Manuel Bueno mártir" recordaré que era un párroco de tierras sanabresas. Por otro lado, me llama la atención lo que comentaba Erhenburg de que una señora era propietaria de las aguas del lago y de sus peces, pues el duque de Béjar también lo era del Río Cuerpo de Hombre y no se podía pescar en una parte de sus aguas. A ello había que añadir que también tenía la explotación de la nieve cuyo uso se hacía imprescindible para la conservación de los alimentos, sobre todo en verano. En Béjar terminamos con ese yugo en el Trienio Liberal, pero veo que las zarpas del feudalismo continuaban en Sanabria bien entrado el siglo XX.
    Interesantes entradas, Xibeliuss.
    Un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es, Carmen: rescoldos del feudalismo siguieron vivos en ciertas zonas de Sanabria y del resto de la provincia de Zamora hasta mediados del S.XX. En el enlace que adjunto sobre Abejera se cuenta la "guerra" contra el marqués de Tabara (originalmente otro Pimentel, por cierto) y aquí nos tocó contra los que adquirieron los derechos del foro tras la Desamortización. Parece mentira.
      Saludos, Carmen, y felices fiestas

      Eliminar
  13. Personalmente creo que la vida en Sanabria estuvo peor en los años cuarenta,si Erhenburg lo hubiera visto ,habria añadido a su libro que con la guerra Sanabria perdió a gran parte de sus hombres ,porque fueron llamados a filas y nada menos que cuatro largos años ,la tierra se quedó sin brazos para sembrar y entre que no llovió lo necesario,la gente pasó hambre,una mujer de mi familia le contaba esto a Carlos Elordi

    LLANTO POR UNA HOGAZA DE PAN -Antonia Ramos.

    En el año 1941 yo tenía 10 años y era la cuarta de siete hermanos. Mi padre acababa de morir, con lo que nuestros problemas eran mayores que los que tenía casi toda la gente por culpa de la guerra y del hambre.

    Aquel día yo bajaba de la escuela muy contenta porque sabía que teníamos pan para comer. Pero unos cincuenta metros antes de llegar a mi casa me crucé con un hermano de mi madre y vi que bajo el brazo llevaba un paquete envuelto en un paño blanco.

    Me dio un vuelco el corazón porque me dije que ahí mi tío llevaba el pan que teníamos para comer. Y eché a correr y no paré hasta que abrí la alacena en donde tenía que estar la hogaza. Como temía, allí no había nada. Y me eché a llorar.

    Entonces llegó mi madre y yo le pregunté: “¿Pero qué ha hecho usted? ¿Por qué le ha dado nuestro pan al tío?”.

    “Hija mía, se lo he dado porque hoy a él le hacía mucha más falta que a nosotros”, me contestó ella. Pero yo era muy pequeña para entender eso y fue tanta la pena y el dolor que la falta de aquel pan me causó que aún hoy, sesenta años después, tengo el recuerdo de aquel sufrimiento como si hubiera ocurrido ayer.



    (Extraído de Hoy por hoy presenta: Los años difíciles. El testimonio de los protagonistas anónimos de la guerra civil y la posguerra. Edición de Carlos Elordi. Aguilar, 2002)

    Antonia aun vive y recuerda muy bien aquellos años....

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Los tremendos "años del hambre"... Conozco historias similares (¿quién no?) y tal vez en algún momento escriba una entrada sobre el tema, aunque ya lo haya tocado alguna vez de refilón.
      Como bien dices, tiempos de escasez en todo el país, sequía y heladas que arrasaban las cosechas, la falta de los que murieron en la guerra... Eso fue el inicio de la puntilla de la despoblación en las zonas rurales.
      Gracias, Inés. Felices fiestas.

      Eliminar
  14. Sabes que tenemos predilección por estas entradas. A través de esas fotos y tus textos repasamo realidades pasadas, aciertos y errores que otras épocas y otras gentes quienes abrieron caminos a nuestro presente. Esos años del hambre hicieron de esos hombres y mujeres un referente de lucha y supervivencia, de la lucha por la subsistencia, si, pero además de un modo de vida con unos valores que parece que la actualidad nos haya hecho olvidar.
    Es lujo asomarse aqui y repasar la historia cotidiana de lugares anónimos para muchos, conocidos y queridos para otros. Gracias por acercanos a ellos.

    Y aprovechamos para desearte ! Felices Fiesta ¡

    PD.- Esa fotografía de Ribadelago es hermosísima.

    ResponderEliminar
  15. Me ha gustado mucha esta crónica ¡como todas!, que leo con mucha atención. Te sigo desde el año pasado que te descubrí en los premios 20blogs, cuando me paso por aquí tienes tantos comentarios que ya no te pongo el mío. Soy también de Zamora y todos los años me paso por Sanabria y el lago, aunque vivo en Madrid.
    Te he dejado mi voto en los premios 20blogs de este año, el 2º para que te ayude a subir en la clasificación.

    Participo con Conocer Madrid en la categoría "Tu Ciudad" te dejo el enlace por si quieres pasarte
    http://conocemadrid.blogspot.com

    Saludos y Feliz Año Nuevo

    ResponderEliminar

  16. · Me ha encantado todo lo leído. Dura vida aquella en la que, con la comida al alcance de la mano... se pasaba hambre. Es un buen relato que puede encontrar analogías con los tiempos actuales. También, con comida de sobra, se pasa hambre.
    · Las fotos son una maravilla. De alguna manera, nos hacen valorar los recursos que ahora tenemos pra plasmar la realidad.

    · Un abrazo... y mis mejores deseos para ti y los tuyos.

    · CR · & · LMA ·


    ResponderEliminar

Siéntase libre de comentar si es su deseo.
Las aportaciones son siempre bienvenidas, en ningún caso obligatorias.
Gracias