2 nov 2009
Arribes del Duero (I)
Los Arribes del Duero, a unos cien kilómetros de Puebla de Sanabria y algo más de la mitad desde Villardeciervos, es zona fronteriza por excelencia: el río va marcando la Raya entre Zamora, Salamanca y Portugal. Comarca de gran valor natural, ofrece indudables atractivos para el viajero y una de las excursiones más solicitadas es el paseo en barco por los acantilados, completado posteriormente con una jornada de compras al otro lado de la frontera. Pero no siempre fue así:
(...) Son a veces sus orillas precipicios de más de mil pies de altura, por donde, a pesar del mortal peligro, la necesidad del trato entre los habitantes de ambos reinos, y aún más, la codicia, hallan medio de establecer comunicaciones, de las cuales merecen especial mención Paso de las Estacas, el de las Cuerdas y el Salto de la Buraca.
En efecto, la rapidez de la corriente y hondura del río son tales, que no es posible establecer barcas, a pesar de lo cual, los ribereños cruzan de una margen a otra a nado, valiendose de fajos de caña, sangas o cuerdas, para lo cual tienen destreza suma.
Parece en verdad como que la naturaleza ha hecho cuanto estaba en su mano para estorbar por esta parte de la frontera la comunicación entre portugueses y españoles. Es el Duero hondísimo foso, cuyas riberas de uno y otro lado están sembradas por espacio de más de legua y media de peñascales, que cruzan profundos barrancos y arroyos, por donde no solo es imposible caminar en carruajes, más, aún a pie, es sobremanera peligroso. De esta suerte, necesario es haber nacido en aquellas comarcas para cruzar por ellas cual lo hacen los naturales, arrostrando atrevidamente todo genero de peligros, y con cargas al hombro.
Como quiera, en los puntos más dificiles existen los pasos que ya hemos indicado y de los cuales vamos dando cuenta.
El Salto de la Buraca se llama también de la moza, por ser tradición, que, huyendo un español con su amada a Portugal, no atreviéndose ella a dar el salto cogiola en brazos el amante y, al saltar cayeron ambos en medio de la buraca. Los naturales llaman buraco a todo agujero que horada de una parte a otra, de donde sin duda viene el nombre de este paso del Duero, cuya forma viene a ser cuadrilonga. En verano el río dejando en seco el resto del cauce, corre por entre dos enormes peñascos cuyas caras superiores están inclinadas hacia la buraca, de manera que es por extremo expuesto rodar y caer al abismo. Este paso llamado también de la Urraca, le usan los naturales así para el lícito como para el ílicito comercio. Se halla entre Terragamones en nuestra provincia y Valdaliga en Portugal.
Paso de las Estacas. Media legua más arriba este paso en lo más áspero de los Arribes del Duero, yendo desde Villar de Yegua, y como a media legua antes de llegar, está la ermita de San Mamed, de la cual arrancan dos senderos llamado uno el Paso Malo. Este merece semejante nombre, pues a menudo ruedan por él y se pierden reses, cosa que con frecuencia ha sucedido también a muchos hombres, cuyo fin por aquellos hórridos peñascales y abismos se comprende con solo asomarse a tan espantables profundidades. Cierto que a su vista la cabeza más firme experimenta mareos. Este sendero, va a parar al Peñón de las Estacas.
El de la izquierda, llamado camino de los Molinos, es de fácil tránsito, así en lo alto como en la bajada, hasta llegar al referido peñón. Aquí, por empinadísimos peñascales, en donde brotan veneros de aguas cristalinas, es fuerza encaminarse, y después de llegar, no sin dificultad, a un peñón de tan grande altura, que no es mayor la espadaña de la más elevada torre de la iglesia, por tan difícil paso es necesario bajar arrastrando, y, siguiendo los bordes de peñas, donde el menor descuido cuesta la vida, se llega a las cuatro estacas de madera que dan nombre al paso. Se sigue bajando o rodando, mas bien, teniendo siempre grandísima cuenta con no dar en el precipicio, y cuando ya nos hallamos al otro lado de tan temible lugar, aún nos queda el del río.
Cronica de la provincia de Zamora. D. Fernando Fulgosio, 1869.
Edición facsimil de Editorial Maxtor, 2002.
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(continuará)
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Espectacular recorrido fluvial el que nos traes hoy!!!!
ResponderEliminarUuuf, la cuenta para mi, con el vertigo que tengo!
ResponderEliminarNo me extraña que el español y su amada se hayan caido por el salto de la Buraca. Y cuanta gente mas sufriria percances! El aspecto es de lo mas peligroso, desde luego, lo cual, al mismo tiempo, hace el paisaje muy atractivo.
Feliz lunes festivo, monsieur
Bisous
Verdaderamente espectacular, José Luis. Las fotos le hacen justicia relativa.
ResponderEliminarSaludos.
No es un paisaje para los que sufren vértigo, Madame, sobre todo desde la cima de los acantilados. El paseo en barco es bastante más sosegado y muy apto para disfrutar de la naturaleza de la zona.
ResponderEliminarFeliz lunes, Madame.
Ayer casualmente vi en 2 de TV un programa sobre Zamora, y hablaron sobre un paseo en barco por el Rio Duero en un silencio absoluto, espectacular, como las fotos que expones hoy aquí, de vértigo!!.
ResponderEliminarUn abrazo.
Síiiii, el crucero se hace en (relativo) silencio, sobre todo en las zonas de anidamiento de aves especialmente protegidas. Es una gran experiencia y no sabía que había salido en tv... precisamente ayer.
ResponderEliminarUn abrazo, Arena.
no se si salio mi anterior comentario para decir que me parecio un reportaje cojonudo, cerca de aqui y aun no he ido
ResponderEliminardebo hacerlo sin duda
una escapadita..
saludos
Conozco Los Arribes o Las Arribes en femenino como dicen en Salamanca. He estado en Miranda y alrededores vasrias veces.¿viste el número "2" que la naturaleza ha pintado sobre las paredes del duero en Miranda? Curioso.
ResponderEliminarTambién he cogido un barco con un paseo de 1 hora en la parte española en Vilvestre -Salamanca.
La verdad es que es curioso ver cactus, olivos,naranjos...en ese ambiente con ese silencio y esa tranquilidad. MUY muy recomendable.
Es una zona preciosa situada al norte de la provincia de Salamanca, región salpicada por los grandes pantanos, los saltos de agua y la naturaleza.
ResponderEliminarUna pregunta por si has estado por allí hace poco: ¿tenía agua el Pozo de los Humos? Es con esta racha de sequía me temo que estará totalmente seco.
Un beso
Si esas piedras y ese rio hablase, cuantas mas interesantes historias nos contarian, conozco la zona y la verdad es que es para no perdersela en cualquier epoca del año, la visita en barco ademas de placentera, explicada por un guia.
ResponderEliminarun saludo Xibeliuss
Si que tienes delito, cuentosbrujos ;-)
ResponderEliminarLo tienes al lado y merece la pena, en serio
De hecho, sé que tiré la foto al número 2 que ha dibujado la naturaleza (son hongos, verdad?)... pero no la encuentro. Debo poner en orden el archivo. La vegetación que comentas, en terrazas colgadas en el acantilado, es una curiosa experiencia. Se ve que las tremendas paredes mantienen verdaderos microclimas.
ResponderEliminarUn abrazo, javi.
Estuve allí por última vez a principios de julio y tenía las fotos en un cajón pendiente de escribir un texto. Encontré el librito éste y me encantó la descripción que de los antiguos pasos hace el tal Fulgosio.
ResponderEliminarUn abrazo, Carmen.
Muchas, muchas historias podrían contar estas piedras. Zona fronteriza y con tantos peligros, imagínate.
ResponderEliminarUn abrazo, Moldon.
bonita historia la del español y su amada. hay un buen salto hasta el agua en la primera foto, como siempre un lugar precioso y mejor recorrido para la primavera, jeje. bsos.
ResponderEliminarEl texto que has seleccionado es precioso. Pero las fotos... ¡extraordinarias! Besos, querido amigo.
ResponderEliminarEl salto en los tiempos que narra el texto era aún mayor... como se verá en la segunda parte.
ResponderEliminar¡Un buen lugar para ir cuando se pueda, jeje! (y no te queda demasiado lejos, )
Un abrazo, cruz
Gracias, Isabel. Como digo más arriba, encontré este libro hace poco en edición facsimil y me entusiasmó la narrativa decimonónica.
ResponderEliminarAunque desde el punto de vista actual algunos signos de puntuación me parecen puestos a voleo.
Abrazos, Isabel.
Que piedras!!!! Eso amarillo que se ve es azufre?
ResponderEliminarUno de esos senderos de espanto, no aptos para mi en estos momentos.... aunque lo que menos tengo es vertigo de altura, subir para mi es facil pues tengo algo de cabra, la cosa es bajar....
en cuanto al otro tema, estoy buscando algo realmente bueno, de leyenda y literatura al menos. Ah, el paisaje no falla, como dice una amiga mia, aunque te equivoques y le saques una foto al piso, sale un 'foton'.
No, lo amarillo que se ve son hongos o líquenes, no lo tengo muy claro, pero no azufre.
ResponderEliminarMuchas gracias por el interés, Alyxandria