4 nov 2012

Sanabria en guerra: la independencia de Portugal

En 1640 la nobleza portuguesa se alza contra el dominio español y proclama como rey al duque de Braganza, Juan IV. Se inicia así un conflicto que va a durar veintiocho años, hasta que España, con la firma del Tratado de Lisboa, reconoce la soberanía portuguesa. Sanabria vivió esta guerra en carne propia.


 "Por este tiempo tuvimos nuevas como el gobernador de Zamora y Alcañices juntaban sus gentes para venganza de sus daños. Convidámosles a que nos uniéramos juntos a hacer la entrada, y después de varias dilaciones en que nos tuvo, se divirtió del intento retirando sus gentes de los puestos mejorados, con que el gobernador D. Juan de Benavides se determinó de hacer la invasión sólo con su gente, sin depender de ninguno de los colaterales, pues tan mal le correspondían; y así junta su gente, a 26 de Noviembre, un dia después de Santa Catalina, salió de la Puebla acompañado sólo de sus criados, y se fue por los cuarteles de los vecinos de Pedralba y Requejo, que estaban hacia la raya, y ordenó que todos se mejorasen aquella noche con sus gentes al lugar llamado Calabor, donde aquella noche aguardaba; y asimismo dejó ordenado a D. Miguel Anciniega, su sargento mayor, gobernase la plaza en el ínterin; y á D. Alonso de Mella que con su compañía de caballos, y a D. Diego Pescador con la suya se fuesen entrada la noche al mismo puesto de Calabor, sobre la misma raya.


 "También ordenó al maese de Campo D. Luis de Olmos Girón, que fuese al cuartel de Ungilde y condujera 15 compañías que allí había al puesto y lugar de Santa Cruz [de Abranes], lugar que entre él y el Calabor está cómodamente situado. A una legua del camino real de Braganza, y otra media legüita está la raya. Hízose así, y a media noche se avisaron los dos se hiciese la marcha al lugar llamado Campieza, el camino real de Braganza en la misma raya, y así dos horas antes de amanecer se marchó de estos pueblos y se llegó al destinado puesto, una hora antes del dia; y dispuesta la gente en la forma que se sigue, se comenzó á entrar al rayar del alba. [...] 


 "Así, salido el sol, entramos por el camino real de Braganza a vista de la ciudad, y encontrando dos cortaduras en el camino, las salvamos. Iba la gente marchando tan derecha a Braganza por su camino real, que se persuadió llevábamos la mira a ella. Dispararon tres piezas, pero aprovechó poco para que no nos acercásemos a ella, tanto que a media legua no quemásemos un lugar suyo llamado Zacoyas, de donde salió un capitán, llamado Magallanes, y peleó tan valientemente que de siete de a caballo se defendía, hasta que habiéndonos muerto un caballo de la compañía de D. Alonso de Mella, él cayó muerto de dos carabinazos y dos cuchilladas en la cabeza. Pasamos adelante con pasmo de la ciudad y casi a los muros de Braganza les quemamos otro lugar llamado Bazal, rico y grande y que era el granero de Braganza. El pasmo en la ciudad fue grande, y mayor cuando pasamos adelante. [...] Desde este puesto se descubrió una hermosa colina de viñedo, y fuénos dicho que detrás de ella había un lugar aun mayor y mas rico que éste, llamado Tarragosa. Ordené luego al alférez Juan Guerrero, de la compañía de caballos de D. Diego Pescador, que con 25 caballos fuese abrigando al escuadrón volante que ya caminaba allá. Hízose así, y aclarando el lugar la caballería entró la infantería y le abrasó todo[...] 


 "Marchamos de aquí a un valle muy ameno, orilla de un río como una legua, y fuimos a dar a un lugar no menos rico que este, si bien más fuerte, llamado Francia. Era como plaza de armas de su frontera; inaccesible por estar coronado de tan empinadas y cortadas montañas que los gatos apenas podrán subir y bajar a él [...] tal que los vecinos y la demás gente que en él había lo desampararon, retirándose á unos peñascos muy eminentes, donde nos dieron no pocas cargas, siendo su capitán su cura, preciado más de campeón de esta frontera que de pastor de almas. Pero a su vista, a pesar de sus balas, fue el pueblo arrasado y abrasado, sin quedar ni aun con paredes, solas las de una ermita y su iglesia, que se echó bando pena de la vida que nadie hiciese daño a ermita ni iglesia, o alhaja suya o a persona que se acogiese a ella. [...] 


 "Todo se venció y se entró el pueblo, y fue puesto en polvo y ceniza como los demás, con que a puestas de sol nos hallamos en el lugar de Calabor, nuestro, de donde salimos al amanecer sin haber comido ni bebido en todo el dia. Habiendo por fin quemado al rebelde ocho lugares, los mas ricos y grandes de toda la tierra de Braganza, campeado por toda su campiña, llegado á un lado y otro por su frente á sus murallas, provocándole a que saliese á probar sus bríos, nos retiramos habiéndole hecho sin los cascos de los lugares en las quemas de alhajas y frutos, á juicio de los de la tierra, bien mas de 500,000 ducados de daño, con pérdida sólo de dos caballos de la compañía de D. Alonso de Mella: uno que mataron a su teniente D. Gregorio del Pulgar, y otro que mató el capitán Magallanes, cuando fue muerto en el primer lugar que se quemó. Perdióse un soldado de D. Alonso de Mella, y una yegua de las de la tierra que pasando por un lugar de los que se quemaban, cayó un pedazo de una pared y le dió en la cabeza y la mató, quedando el montado en salvo [...]

Relación verdadera de lo que ha sucedido en la plaza y frontera de la Puebla, en el mes de Noviembre, hasta 30 dél, por el P. José Martinez; de la Compañía de Jesús, que se halló presente a todo. 1643 


Estas escaramuzas, bastante exitosas para la causa española si debemos dar crédito a las varias relaciones enviadas por el tal José Martínez, no fueron suficientes para ganar la guerra: los ejércitos de Felipe IV fueron derrotados en las cinco batallas decisivas, desde Montijo en 1644 a Montes Claros en 1665. Poco antes de ésta última, uno de sus ministros envió al monarca una carta muy diferente:
  "Dicen a Vuestra Magestad que Portugal no tiene dinero, no tiene navíos, no tiene gente: traidores son los que lo dicen. Pues ¿con qué nos tienen destruidos? Sin gente nos tienen tantas veces desbaratados; ¡Válgame Dios, que fuera con gente! Sin dinero lloramos nuestras ruinas, ¿qué lloráramos si tuvieran dinero? Señor: Portugal nos desbarató en Montijo [batalla de Montijo, 1644], nos destruyó en Yelbes [batalla de Elvas, 1659], Luis Méndez de Haro [Valido de Filipe IV] huyó dejando caballos, artilleria, infantes y bagajes. Portugal en Évora [batalla de Estremoz o de Ameixial, 1663] destruyó la Flor de España, lo mejor de Flandes, lo lucido de Milan, lo escogido de Nápoles y lo granado de Extremadura. Vergonzosamente se retiró S.A [El Príncipe D. Juan José de Austria, hijo de Filipe IV] dejando ocho millones que costó la empresa, ocho mil muertos, seis mil prisioneros, cuatro mil caballos, veinticuatro piezas de artillería, y lo más lastimoso fue que, de ciento veinte títulos y cabos, no escaparon sino cinco (...). Cada día espera Vuestra Magestad que se gane, y cada día sepa Vuestra Magestad que se pierde, y que es mucha la pérdida de cada día." 


Medio siglo después los dos países volvieron a enfrentarse durante la Guerra de Sucesión, tras la cual gran parte del territorio sanabrés quedó bajo soberanía portuguesa hasta la firma del Tratado de Utrech. Y en 1810, como ya vimos, fueron los ejércitos napoleónicos los que camparon a sus anchas por estas tierras.

27 comentarios:

  1. Interesantísimo, xibeliuss. Y me gusta muchísimo la carta dirigida por el ministro a Felipe IV: eso era lo que se esperaba entonces de las personas a quienes se confiaban tareas de gobierno, que dijeran la verdad y no adulaciones absurdas que únicamente sirven para empeorar las cosas. ¡Cuánto bien nos haría que ahora, los ministros de turno, hicieran lo propio! Besos, querido amigo.

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    1. Hola, Isabel. Precisamente ahora estoy leyendo un libro sobre la crísis económica actual y lo que deja muy claro desde el principio es que a) sí hubo quién avisó de lo que se nos venía encima b) que también hubo quién no supo y/o no quiso verlo c) que los que pudieron haber hecho algo no quisieron ni escuchar.
      Parece que hay cosas que nunca aprendemos.
      Abrazos

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  2. Pues que reaños tenian aquellos Sanabreses...Y todo eso hicieron sin haber comido.Interesante este trozo de historia de nuestra tierra tantas veces invadida.Magnificas fotos ,conozco las de Puebla y son realmente bonitas.

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    1. Hola, Inés. Me temo que a los sanabreses de la época, como siempre le pasa a la población civil en las guerras, les tocó el papel de víctimas: o de los ataques del enemigo, o del alojamiento forzoso de las tropas españolas o del alistamiento como carne de cañón. El Gobernador Juan de Benavides nació probablemente en Ubeda: aunque su casa proviene de León por aquellos tiempos ya llevaba un par de siglos establecida en Andalucía, una familia poderosa vinculada al los duques de Alba. Juan cumplió con honor su papel en la defensa de la frontera y murió pocos años después de este incidente, gravemente enfermo tras conseguir romper el sitio del castillo de Monterrei.
      Los capitanes Diego Pescador y Alonso de Mella tampoco eran de la tierra. Es más: fueron demasiado aficionados a este tipo de incursiones de este tipo tanto a un lado como a otro de la frontera. Los labriegos del Campo de Salamanca guardan muy mal recuerdo de los dos.

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  3. Un excelente trabajo, Xibeliuss. La situación geográfica tan especial de Sanabria, limítrofe con Portugal, Galicia y dentro del territorio astur-leonés, da pie a muchos episodios históricos como atestigua su actual lengua en algunas poblaciones.

    Me he asustado cuando he leído el título de tu entrada, "Sanabria en guerra", que, teniendo en cuenta como están las cosas, ya nada sorprendería...
    Qué no habrá visto ese precioso castillo de Puebla que has dotado de mayor belleza aún -si cabe- en tu espléndida 1ª fotografía...

    Un abrazo, Xibeliuss.

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    1. El pobre Castillo debía estar hecho unos zorros en aquella época: cierto que el ejercito portugués destrozó todo lo que pudo durante la ocupación en la Guerra de Sucesión, pero hay planos de ingenieros militares de 1720 que muestran su desastroso estado, como el de la mayoría de las murallas de la villa.
      Un abrazo, Marisa

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  4. Muy buena investigación. Ignoraba todos estos datos que nos aportas y que explican la lucha y la participación de Sanabria en la guerra. Realmente en esa época el reino español estaba en franca decadencia y no fue extraño que se perdiese Portugal.
    Me han sorprendido los encuadres de las fotos, las has tomado desde puntos diferentes a los que estoy acostumbrado dando un resultado muy original.
    Un abrazo.

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    1. Gracias, Valverde. El Reino estaba en decadencia y, además, tenía dos frentes abiertos mucho más importantes: los Países Bajos y Cataluña. Y Portugal, naturalmente, recibió apoyo de los otros rivales de España.
      No todas las fotos son de Puebla: hay un par de ellas de Ungilde y en la penúltima, aunque no se aprecia muy bien, se ve Braganza en el horizonte, tomada desde los altos de Pedralba.
      Abrazos

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  5. Me ha encantado. Sanabria ella solita en pie de guerra. Me gusta mucho como lo has enfocado, lo leo y sinceramente emociona.
    España tenía las arcas vacías pero la voluntad llena. La carta con gran coraje y sin miedos, ya podría caer ahora por estos lares.
    Las fotografías tal cual, una hermosura.

    Un abrazo

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    1. Jjejeje "Sanabria solita"... en realidad todo forma parte de los intereses que se mueven en una guerra: aunque Juan de Benavides se tomó con mucho pundonor la defensa de "su" territorio, los frentes más decisivos se encontraban en otro sitio. Es muy posible que el Gobernador de Zamora y Alcañices estuviera más interesado en defender el sur que en realizar incursiones de castigo en esta esquina tan poco estratégica.
      Abrazos

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  6. genial.... y si le añades la lectura de "la francesada", ni te cuento!

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    1. ¡Gracias, Josean!
      Yo estas entradas las veo complementarias, dos caras de la misma moneda.
      Abrazos

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  7. Cada día espera Vuestra Magestad que se gane, y cada día sepa Vuestra Magestad que se pierde, y que es mucha la pérdida de cada día."

    Parece que es el destino nuestro. A José Martínez no le pasó nada por decirle al emperador que iba desnudo???

    Me gustan mucho las fotos, la primera es espectacular, pero mi favorita es la del campanario. Un beso

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    1. No, José Martínez no fue el ministro atrevido. Él podría decirse que era un espia de los jesuitas, en teoría capellán del ejercito pero que no se cortaba un pelo en entrar en acción. Todo un James Bond, vamos :)

      Un abrazo, Alma

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  8. Bueno, buenísimo este artículo. Y sí, también a mí me ha gustado mucho la carta enviada al rey por el ministro, que no se cortó un pelo incluso tratando de cobarde al propio hijo de rey. Un abrazo.

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    1. Gracias, dlt.
      El ministro parece un "Alatriste" del cuerpo diplomático: harto de todo lo que ha tenido que aguantar, asqueado de las maniobras cortesanas... y dispuesto a contar verdades le cueste lo que le cueste. Sí, ojalá existiesen a lo largo de la historia - y por supuesto en la actualidad - más ministros de este tipo.
      Un abrazo

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  9. Buena entrada, si señor, con aportaciones muy descriptivas de una manera de ver las cosas.
    Pero, ¡hay los peros!, a mi se me ocurre una cosa: Sanabria y Bragança, tanto las comarcas como sus gentes no merecian ni merecen ser tratados por los que se arrogan el poder, sea de la forma que sea, para conseguir sus aspiraciones siempre personales y nunca pensando en las comarcas y gentes.
    Hay una palabra, en la história. La palabrqa es campeaban. Me vino a la memória otro campeador, que solo sabia saquear pueblos y villas y matar gentes.
    ¡Vaya por Zeus!.
    Unha aperta, Xibeliuss.

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    1. Sí, Xabres, completamente de acuerdo. No es mi intención mostrar supuestos "hechos heróicos" - si se puede llamar así a reducir a cenizas ocho pueblos civiles - sino las penalidades de la guerra (por eso la mención a la francesada, en la que a Sanabria le tocó entonces ser invadida). Los campeadores siempre son peligrosos.
      La expedición narrada fue en parte un castigo por otra anterior del ejercito portugués en la que se quemó "el lugar" de Lubián.
      Abrazos

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  10. Hola Xibelius, buena historia tenéis por Sanabria e interesante, como si fuera una novela de caballería, en la forma de leerla, la hace mas amena.

    Un abrazo

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  11. Es todo un tratado de historia que describes maravillosamente y documentas con bellas fotos de tu autoria.
    Lástima que cuando se toca la historia siempre se habña de guerras. Nunca fue mi asignatura favorita. Me toca el corazón tanta muerte.
    Un abrazo

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  12. Muy buena entrada,Xibeliuss, me gusta más la historia así, por que me suenan los lugares y gracias a ti he pasado y conocido alguno de ellos.
    Lo que tienen que sufrir las poblaciones de esos pueblos que siempre están en medio, en la raya.
    Un abrazo.

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  13. Leer el testimonio de un protagonista de los hechos es a veces un lujo. ¿Podríamos llamar al misterioso Padre José Martínez cronista de guerra? Quizá sea un antecedente de tal. Lo malo es que no tenemos otros testimonios y versiones para contrastar su veracidad, aunque me gustaría pensar que lo que narra fue absolutamente cierto y verdadero. Sólo nos faltaría un Goya para que hubiese hecho unos grabados de estos sucesos...
    Saludos

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  14. Muy interesante. Permiteme que la exponga en facebook. Un saludo

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  15. Interesantisima la historia de sus pagos, como decimos por aqui. Me interesa mas la relacion real y vivida que le hacen al rey de como va la cosa, que seria con dinero, gente y armas, si con todo eso, los grandes nobles cargados de titulo dejaban un tendal de ruinas en el campo de batalla. Y asi ira España en picada en años sucesivos, sin parar.
    Magnifcas fotos, tambien , como siempre.

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  16. LASKER:Cuando conoces la FranÇa no parece un pueblo tan dificil de saquear como asegura el narrador, aunque con los caminos de entonces llenos de barro el ese mes me imagino que cualquier picacho era bueno para la defensa.

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  17. · Y ahora, con el paso del tiempo, Braganza y Puebla de Sanabria, ¡que dos grandes villas!

    · Saludos

    CR· & ·LMA
    ________________________________
    ·

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  18. ¡Que buena la carta!,si hace alguno eso ahora le echan del partido...
    Ya sabes que me encantan estas entradas
    Un abrazo

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