Quizás penséis que me he vuelto un poco loco al colocar en portada la foto de una cabina de teléfonos flanqueda por dos pedruscos. No os preocupéis: todo tiene su explicación. Contábamos en la anterior entrada como los monjes del Monasterio de San Martín de Castañeda, un poco resabiados tras los primeros pleitos con los ribereños del Lago, buscaron el favor real y esto les llevó a una posición de preeminencia ya no sólo en la comarca sino también en las aledañas (Valdeorras, La Cabrera, Tras os Montes).
El proceso se inicia en el S.X, continúa en el S.XI y alcanza su apogeo entre los dos siguientes. Se conservan documentos de distintos monarcas (Alfonso IX, Sancho IV) que confirman privilegios otorgados con anterioridad por Alfonso VII, Fernando II y Alfonso X. Demuestran también que los continuos conflictos con los vecinos no se limitaron al Lago, sino también a pastos y cañadas en la sierra del Sospacio. No es de extrañar: en un amojonamiento realizado en 1570 se detalla que la dehesa monástica limitaba con Villanueva de la Sierra, Las Hedradas, Chanos, Lubián, Padornelo, Requejo, San Martín de Terroso, Santa Colomba, Cobreros, Avedillo, Sotillo, Ribadelago, con la sierra de Porto y con los lugares de Bajacoba, Pías y El Bollo. Una parcelita, vamos.
Pero volvamos al S.XII: el emperador Alfonso VII, al parecer preocupado por cierta relajación de costumbres en la que ha caído el monasterio, lo pone en manos de Pedro Cristiano, procedente de Carracedo, para que inicie su reforma y lo adapte a la regla de San Benito. Este Pedro es el segundón de una importante familia asentada en el Rimor (León): la rama paterna posee hacendades por todo El Bierzo y Valdeorras, y formó parte de la corte; de la rama materna, aún más poderosa, proceden numerosas posesiones en Sanabria y Carballeda (Manzanal, Cabanillas, Rioconejos, Anta, Truifé, Chaguaceda (hoy despoblada), San Salvador de Barrolino, Castellanos, Sampil, Robledo, San Juan de la Cuesta y San Pedro de Valdespino. Tío materno suyo es Ponce de Cabrera, mayordomo del emperador y uno de los principales magnates del reino. De origen catalán, llegó a la corte de León acompañando a Berengaria, hija del conde Ramón Berenguer III que casó con Alfonso en 1128. Fue Señor de Sanabria y Carballeda y Príncipe de Zamora, título éste que perdió, valga la curiosidad, tras los sucesos del Motín de la Trucha (que nos contó no hace mucho Valverde de Lucerna). Su estirpe dio lugar a la familia Ponce de León.
En 1152, en Salamanca, Ponce, como mayordomo real, será uno de los firmantes de los documentos por los que Alfonso VII dona al monasterio de San Martín, dirigido por su sobrino, las villas de Santa Cruz de Casoyo, en la Carballeda orensana; y Asturianos de Sanabria, probáblemente repoblado en tiempos de Alfonso III el Magno y cuya toponimia deja lugar a pocas dudas sobre quienes fueron los encargados de hacerlo. "Yo, Alfonso, emperador de Hispania [...] hago carta de donación a Dios y al monasterio de San Martín de Castineira y a vos Pedro Cristiano, monje, y a todos vuestros sucesores de la villa que es llamada Asturianos y que está en Carvalida. Os doy esta villa con todos sus términos y pertenencias y con todos sus accesos para que desde este día la tengáis y poseáis vos y todos vuestros sucesores con derecho hereditario para siempre. Hecha la carta en Salamanca. Era MCLXL, el día VIIII de las calendas de abril, el año que el emperador tuvo cercada Jaén. (24/03/1152, según el calendario actual). Yo Alfonso emperador con mi propia mano valido y confirmo esta carta que he mandado hacer." Siguen las firmas de los testigos.
Esta donación es peculiar porque no recoge los límites de la villa, como era común en otras cartas. Así, Pedro Cristiano debe trasladarse a Sanabria y efectuar, antes que nada, el amojonamiento o delimitación del término de Asturianos. Se reune con las "autoridades locales": Pedro Ibáñez, portarius del emperador, y el conde Rodrigo Pérez, lugarteniente y hombre de confianza de Ponce de Cabrera; serán ellos los que convoquen a los "buenos hombres" de los pueblos limítrofes para verificar el acto, que posíblemente se realiza en verano de aquel mismo año.
El Libro Becerro del monasterio conserva el acta de la ceremonia bajo el título "Terminatores de Asturianos". Están presentes Pedro Cristiano, Ibáñez, el Conde Rodrigo y unos cuarenta vecinos -presbíteros, soldados, propietarios - de Palacios, Villar, Anta, Rioconejos, Lanseros, Barrio, Manzanal, Palazuelo y Vime. De este pueblo acude en solitario su señor, Pedro Remesal, un personaje asiduo en los documentos de la época y que llegará a recibir un importante realengo por los servicios prestados a Fernando II en la conquista de Alba de Aliste. Todos reunidos juran por Dios decir la verdad, levantan las manos al cielo y ponen sus pies y sus manos en las marcas: en cada una de ellas, por lo que es de suponer que la tarea les llevó varios días. El documento conservado hace una cuidadosa relación del término: "Por Gundina; luego al Carvalio de Cruz, luego al Pomar de Bobu; luego a la Peña de Noval de Martín Menéndez, luego al carral Tumbía..."
Pedro Cristiano estuvo apenas dos años y medio como abad en San Martín, pues en otoño de 1152 es nombrado Obispo de Astorga y llegará a la santidad. Sin embargo, su importancia en la comarca es enorme: aparte de la reforma del monasterio y la adopción de la regla benedictina, consiguió confirmar antiguos privilegios e iniciar su despegue con donaciones como la reflejada. Su sucesor, Martín IV, procedente también de Carracedo, fue el constructor del templo actual y continuó su obra con similar empeño y solvencia. Varios de los personajes mencionados (Remesal, Rodrigo Pérez) realizarán significativas donaciones privadas al monasterio y alguno hasta será enterrado en la abadía.
Muy bien, pero... ¿qué pasa con la cabina de teléfonos?. Pues no, las piedras que la flanquean NO son los mojones sobre los que juraron los "buenos hombres" del S.XII; pero la tradición las identifica como las marras que marcan el límite entre Sanabria y Carballeda. Están situadas hoy en el centro de Asturianos, junto a la N-525, y quizás generen dudas sobre el hecho que la frontera pasase realmente por el medio de un pueblo (1)... pero, si así lo dice la tradición, no seré yo quien lo niegue (2).
ACTUALIZACIÓN: Me aclara Sanabria que la marra auténtica es la de cuarzo, la otra es un añadido para proteger la cabina de embestidas del tráfico. Es conocida como "el morrillo".
(1) En Rihonor de Castilla/Rionor de Portugal la frontera entre los dos países atraviesa el pueblo, pero es más explicable porque sigue el cauce de un río.
(2) Las Marras o Marcos, mojones de piedra que señalan los límites entre propiedades o pueblos, tuvieron y tienen una gran importancia en el mundo rural. Yo he oído a los mayores referirse a ellas como "seres indefensos" y uno de los peores agravios del que se puede acusar a un vecino es el de "burlador de marcos".
Pd. Esta entrada está dedicada a mi amiga Sanabria, que me puso sobre la pista y me facilitó la primera documentación.
San Martín de Castañeda, desde los altos. |
Fuentes:
Wikipedia
Web de Carbajales de la Encomienda
En el ángulo oscuro
GONZALEZ RODRIGUEZ - Tres privilegios de San Martin de Castañeda.
ANTA LORENZO - El fuero de Sanabria.
Notas históricas en el calendario editado por la Comisión de fiestas de Asturianos.
.
Genial como siempre Toño!
ResponderEliminarAunque que quieres que te diga, yo me siento tan identificado con la Carballeda como con Sanabria, yo siempre las veré como la misma comarca y siento que pertenezco a una tanto como a la otra.
Y a los alistanos los veo como primos hermanos...
Un saludo
Sencillamente impresionante,es una maravilla leerte y ver esas fotos tan preciosas sobre todo la ultima que me encanto.Me apasiona la historia y asi leida y con fotos se hace amena.Solo un apunte la cabina de telefono esta torcida? no?.
ResponderEliminarUn abrazo y a ver que no pase lo de ayer que no se publico el cometario en el otro blog tuyo,cosas de la tecnica supongo
XIBELIUS, muchas gracias por acordarte de mi y tener este detalle. Me ha impresionado encontrarme de repente con la cabina no me lo podia creer. Ahora tengo el problema de como les cuento a esta familia que la mitad son sanabreses y la otra mitad de carballeda.
ResponderEliminarGRACIAS tambien por tu aguante, te necesitamos sobre el terreno porque tu trabajo no tiene
precio.
Besos.
SANABRIA
Debo de andar algo espesa hoy, monsieur, porque he leido dos veces el texto y no me entero de qué tiene que ver una cabina de telefonos con los monjes del monasterio, con Alfonso VII, con el mayordomo real, con Ramón Berenguer, con Villanueva de la Sierra, con las calendas de abril, con el portarius, con el libro becerro o con los 40 vecinos que juran decir la verdad (no sé bien cómo tenían colocadas las manos, porque no me las imagino levantadas al cielo y en las marcas al mismo tiempo, a menos que las marcas estuvieran en el suelo. Debían de estar todos retorcidos. No me extraña que les llevara varios días hacer eso).
ResponderEliminarDesconozco igualmente la relación entre una cabina telefónica y la regla benedictina, pero me gustaría mucho conocerla.
Remesal fue muy generoso, pero intuyo que sus donaciones no fueron para la cabina. No podía ser tan adelantado a su tiempo.
Eso sí, a partir de ahora, cada vez que alguien me ofenda lo insultaré llamándolo burlador de marcos.
Feliz dia, monsieur, y disculpe usted mi espesura. Es que es un jueves de esos que son como si fuera lunes.
Bisous
A menos que las marcas estuvieran en el cielo, quiero decir. No en el suelo.
ResponderEliminarVe?
Gracias, Alfonso: yo pienso como tú, para mí es la misma tierra. Sí, hay diferentes particularidades en Carballeda, en la Requejada, en la Alta Sanabria o en la Sanabria Central. Cuando de niño veníamos al pueblo por la N-525, al pasar Rionegro mi padre siempre decía: ya estamos en casa!.
ResponderEliminarUn abrazo, Alfonso.
Gracias, José Manuel. La cabina está bastante desvencijada, sí: no es cosa de la foto (si te fijas, las ventanas de detrás están rectas).
ResponderEliminarNo sé lo que le puede haber pasado a tu otro comentario: he revisado por si estaba pendiente de moderación, pero no. Cosas de blogger, supongo.
Un abrazo
Jjejeje Sanabria, mejor que no te pongas a separar a sanabreses y carballeses: como dice Alfonso, todos del mismo saco.
ResponderEliminarRecuerdos para todos y un fuerte abrazo!
Jjejejej Madame, yo también me estaba imaginando la ceremonia de amojonamiento como una extraña conga (aunque no sea de Jalisco). Una fila de notables, siguiendo una línea y que al llegar ante una piedra (marco) juran por Dios y, supongo, primero ponen los pies y luego ponen las manos y luego siguen así durante más de cuarenta y cinco kilómetros.
ResponderEliminarY, aunque parezca raro, todo sucede en el pueblo de Asturianos, donde están los otros marcos, y que fue donado por esos reyes con la presencia de esos nobles, que cada uno tenía su procedencia. ¡Todo está relacionado!
Ya me conoce, Madame: soy dado a perseguir hilos escurridizos.
Feliz día, aunque sea un jueves como un lunes.
¿Toño?... Buen, es igual.
ResponderEliminarMenuda currada para reunir toda esa información y plasmarla ordenadamente, bien hecho.
Por cierto, la cabina en que comarca está.
¡Jodo!, Otro post al limbo.
ResponderEliminarBueno, decia que tu post es magnífico en todos los sentidos.
Llevo tiempo intentando reunir información sobre Sanabria, y me encuentro aqui con algo impagable.
¿Para cuando una conferencia sobre la tierra?.
A ver si me desburras.
Un abrazo-
Ah, pero entiendame, monsieur: en realidad entiendo la conexión de todo lo demás. Lo único que no entiendo es la de la cabina con todo eso :)
ResponderEliminarPremio para la señorita: tres veces en verbo entender en dos lineas. Será mejor que no escriba nada hoy, jiji.
ResponderEliminarEn Soto de Sajambre hay una piedra donde la gente se sube a hablar por teléfono. Si te bajas de la piedra, te quedas sin cobertura. La piedra lo que no hace son feos a nadie, seas de la compañia que seas si te subes a la piedra hablas y si no pues no. Te juro que cuando vi las piedras rodeando la cabina pensé en algo así, ale, orange y vodafone haciéndole el paseíllo a la telefónica de toda la vida....
ResponderEliminarMe encantó el post, me voy a ver lo del motín de la trucha. Un beso, Xibeliuss
Dame Masqueé, pienso que la cabina no tiene nada que ver con todo el texto jejeje sino las dos piedras a ambos lados. La cabina está justo en la frontera entre Sanabria y Carballeda.
ResponderEliminarUn saludo!
¡Has dado con el quiz de la cuestión, Logio!: yo tampoco lo sé.
ResponderEliminarAhora que nadie escucha: yo pienso que las piedras no están en su lugar original.
O se ha movido el pueblo, que también puede ser, hasta situarse alrededor de las marras.
ResponderEliminarXabres, entonces te habrá pasado como a mi: venga a bucear de un lado para otro, encontrando un trocito en cada parte y volviéndote loco para tapar los agujeros...
ResponderEliminarHay un vecino en mi pueblo que cuenta que estando ingresado en un hospital guipuzcoano en los años 40 encontró un libro que recogía toda la "Historia de Sanabria" Yo no he encontrado ni referencia.
Intenta hacerte con "El Real Monasterio de San Martín de Castañeda" Agrupa bastante información, por lo menos para empezar.
Un abrazo, Xabres.
Ah, Madame, no comprendía tampoco yo: como ha explicado Alfonso, lo importante de la foto no es la cabina (salvo por su situación), si no las piedras. Son las marras, marcas o mojones que se dice marcan el límite entre las comarcas de Sanabria y Carballeda. Sí realmente es así, su colocación debe ser bastante antigua y no deben ser muy diferentes de las que juraron Pedro Cristiano y los otros.
ResponderEliminarTanto unas como otras están en el pueblo de Asturianos, donde están hechas todas las fotos menos la última.
Feliz tarde, Madame
No está mal pensado lo de la piedra de Soto: tengo que hacer algo parecido por aquí, sólo que tendrán que ser tres piedras al menos porque las operadoras no coinciden :)
ResponderEliminarUn abrazo, alma.
Gracias por el capote, Alfonso!
ResponderEliminarMuy bien toño.S0l0 un pequeño apunte no muy importante pero quiza si curioso. A mi entender una marra no es lo mismo que un marco o que un alfa.Siempre entendí que un marco separaba una finca particular de otra.Un alfa separaba una propiedad privada de un terrene comunal y una marra separaba un comunal de otro o el termino de un pueblo ocomarca con otro. Un saludo LASKER
ResponderEliminarHaber si puedo ayudar,segun nuevas informaciones la marra o "morrillo" en situada a la derecha de la cabina es la original; la cual se cambio de lado de carretera al ensanchar esta .Su lugar original era unos metros mas abajo enfrente el ayuntamiento de Asturianos,junto la casa Sra.Francisca .
ResponderEliminarLa otra fue un pretexto para proteger la cabina pues creo que la movio algun camion.
Hasta pronto
Cosas más raras se han visto, querido amigo. Por ejemplo, Elda y Petrel, dos pueblos de la provincia de Alicante, vecinos al mío, están tan unidos que vas por una calle y a partir de un número ya has cambiado de pueblo... Por algún sitio han de ir las divisiones, máxime éstas de los límites que, en definitiva, no son físicas.
ResponderEliminar¿Me harías el honor de ser un personaje en mi próxima novela? Es tan fácil que no se necesita casi nada... Un abrazo.
La cabina no sé en qué comarca de las dos estará, pero la casa que está detrás de ella también tiene su miga: ¿cocino en Sanabria pero duermo en la Carballeda? ;-)
ResponderEliminar(Entiendo por sentido comun, que la posición de las piedras de marras no es la originaria,jeje)
Te felicito por tu gran trabajo de investigación y síntesis, Xibeliuss, de documentación, de transmisión y de fotografía, especialmente la antepenúltima, reflejo muy fiel de esas casas sanabresas con su escalinata aislante del suelo nevado.
Un abrazo sin marras.
Entonces la cabina está en tierra de nadie, ni en Sanabria ni en Carballeda. Pues, está bien eso de que los servicios comunes sean auténticamente comunes.
ResponderEliminarAparte de lo interesante del artículo, la fotografía, ta comentada, mira que ha dado de sí, es una joya, porque dentro de nada cabinas así ya no se verán. Un saludo.
Leo Carracedo, que aquí nos lleva a un lugar entre Cervera y Pernía, donde ya en verso el político Barrio y Mier escribe la vida de la última vieja que queda y que viene a ser un trabajo premonitorio en aquellos tiempos.
ResponderEliminarBueno el diseño, las fotos como postales en el tiempo... Buena la historia... Como de costumbre uno disfruta del paseo por tu casa.
Un abrazo
Hola Xibeliuss, y yo que pensba que las piedras marcaban el territorio de la cabina a diestra y siniestra. Lo que hace la ignorancia, jajajajaja.
ResponderEliminarPormenorizada la historia que cuentas y muy bien acompañada por las fotos.
Un abrazo
Lasker, muchas gracias por el apunte: sabía que marra y marco no eran sinónimos exactos, pero no conocía la diferencia en concreto. Sobre las alfas, yo las he oído en distintos contextos: referido a casi cualquier tipo de rebollo grande y, en cuestión de límites, más a los que marcan la separación de los terrenos privativos de una casa con respecto a un corral común donde hay otras edificaciones. No lo tengo claro ¿Puede ser?
ResponderEliminarSaludos, Lasker
¡Gracias, Sanabria! Sí, la pobre cabina tiene pinta de haber recibido una embestida por lo menos... A mí sí que me has solucionado una duda: cuando fui a ver las fotos hace unos días me hacía cruces porque sólo recordaba una de las marras. :)
ResponderEliminarNo he querido decir nada por si acaso estaba confundido!
Un fuerte abrazo
Tienes razón, Isabel: sobre el terreno, las rayas de los mapas son muy difíciles de percibir. Incluso con marcos como estos: ¿qué diferencia hay entre un palmo de tierra a la derecha y otro a la izquierda?
ResponderEliminarPuedes contar conmigo en todo lo que pueda colaborar. ¡Me encanta la experiencia!
Un abrazo, Isabel
Muchas gracias por tus palabras, Marisa. Hay publicados grandes trabajos sobre la historia y el vivir de esta tierra, pero muy dispersos. Se echa de menos una compilación que agrupase por lo menos las líneas fundamentales de su devenir, un texto de referencia que permitiese seguir una línea desde los primeros tiempos hasta ahora, a ver si así somos capaces de explicarnos a nosotros mismos... Si existe yo no lo he encontrado ¡Pero no pierdo la esperanza que algún día alguien se anime!
ResponderEliminarUn abrazo, Marisa
Bien, dlt: gracias a Sanabria queda claro que sólo una de las marras es "la frontera" más o menos original, así que no nos queda esa franja perdida.
ResponderEliminarTienes razón con la cabina: de hecho, ya hoy deben quedar muy pocas de este tipo!
Saludos
El Carracedo de esta historia está en el corazón del Bierzo leonés, en línea recta hacia el norte desde San Martín... pero con una sierra muy dura entre ambos. pero dices bien, Froilán: los problemas hoy del mundo rural son comunes en casi todas las provincias: despoblamiento, falta de interés, casi nulas inversiones, olvido. No queda otra que seguir luchando.
ResponderEliminarGracias por tu visita, Froilán. Abrazos.
Bueno, Abi, ya has visto que no andabas tan desencaminado: la piedra de cuarzo sí que se puso para proteger a la cabina de nuevas embestidas.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias de nuevo!
EFECTIVAMENTE,UN ALFA QUE EN LA MAYORIA DE LOS CASOS ERA UNA PIEDRA PLANA(LLAJA) CLAVADA DE PLANO PODIA SEPARAR UNA CASA O PROPIEDAD DE UN CORRAL COMUN,SEA COMUNAL DE UN PUEBLO O DE OTROS VECINOS.LOS MARCOS EN SU MAYOR PARTE ERAN PIEDRAS MAS PEQUEÑAS,Y CON FORMA REDONDA Y ALARGADA.LUEGO LAS MARRAS ERAN PIEDRAS GRANDES Y EN MUCHOS CASOS PIEDRAS NATURALES EN LAS QUE SE MARCABAN CRUCES EN SEÑAL DE LIMITES.
ResponderEliminarMuchas gracias por esta aportación anónima: yo, por lo menos, lo voy teniendo más claro.
ResponderEliminarSaludos
Una piedra de tan rancio abolengo que quede relegada a delimitadora de cabina telefónica... qué cosas hay que ver. Si es que una no gana para sustos. Por cierto, que me gusta la fotografía de la cabina incluso sin explicación (si es con ella aun mejor), pues es una cabina antigua, de las que ya quedan pocas y en entorno rural. Imagino todavía ahí encerrado a Jose Luis López Vázquez, jejeje
ResponderEliminarSaludos
Gracias, por la mención que haces de mi entrada el motín de la trucha. Por lo que he leído aparece Ponce de Cabrera ya que tenía un gran ascendiente sobre el rey pues era su mayordomo y creo recordar que uno de sus hijos murió dentro de la iglesia de Santa María, aunque otras fuentes afirman que consiguió escapar, lo que si debe ser cierto que debido al comportamiento que tuvieron con la ciudad de Zamora, fue una de las causas del motín.
ResponderEliminarLo que aquí narras lo he leído en el libro el Real Monasterio de San Martín de Castañeda y además con especial atención en lo referente a Asturianos porque mi mujer es de Cerezal de Sanabria y como alguien dijo en un comentario anterior se pueden considerar hermanos, aunque resulta sorprende que tanto Asturianos como Cerezal lleven el apellido de Sanabria aunque el paisaje y la vegetación es más de la Carballeda.
Los marcos los usaban para delimitar las fincas, aunque oí en muchas ocasiones quejarse a mi suegra porque un vecino le fue quitando los marcos hasta dejarle una finca reducida a la mínima expresión, menos mal que con las técnicas actuales se pueden delimitar sin ningún problema.
Como siempre me paso en el comentario.
Te felicito por tu entrada. Me ha parecido muy interesante.
Un abrazo.
Aunque era época compleja y difícil, no me importaría trasladarme por unos días; precisamente los días que estuvieron los hombres buenos determinando los límites.
ResponderEliminarMuy buena entrada y muy bien documentada.
Abrazos, Xibeliuss.
PD: Por cierto, ¿qué mojón pertenece a Sanabria y cual a Carballeda?
Que disfrute sentirse inmersa en estas historias añejas que al leerlas las he vivido como presente.
ResponderEliminarLeerte y conpaginar la lectura con las imágenes me produce la ilusión de dar un salto en el tiempo, además de cultivarme con la historia.
Un abrazo
¡Sí, Carmen! Pocas cabinas de estas quedan ya: dentro de poco tendrán casi tanto interés como los marcos, jejeje
ResponderEliminarSaludos
Hola Xibeliuss, aunque llego un poco tarde merece la pena pues así me empapo de la opinión de los demás y están en la misma línea que la tuya, son ilustrativas y de gran valor. Gracias y abrazos.
ResponderEliminarPonce de Cabrera tuvo que ser, sí, uno de los personajes más poderosos de la Corte: llego en 1128 a estas tierras y enseguida consiguió los favores del Rey. No he visto nada de su anterior carrera en Cataluña.
ResponderEliminarHay otro pueblo en plena Carballeda con el apellido "de Sanabria": Sejas,a un tiro de piedra de Mombuey.
Un abrazo, Valverde. Y no te pasas con los comentarios: siempre aportan mucho.
Enrique, no te fies mucho de la denominación de "hombres buenos": se utilizaba más como fieles al rey o al señor de turno. Habría que conocer la opinión de sus vasallos de a pie.
ResponderEliminarY en cuanto al mojón, ya ves que al final sólo uno (el de cuarzo) es el original, el otro es un añadido.
Un abrazo, Enrique
Gracias, Verdial.
ResponderEliminarUn abrazo
Ay, Juno: yo también pienso que muchas veces los comentarios son más interesantes que la entrada!
ResponderEliminarAl fin y al cabo, es lo importante: hablar e intercambiar conocimientos sobre esta tierra.
Un abrazo
¡Va a ser la cabina más visitada!,como siempre magnifico articulo rebosante de documentación.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hace poco comentaba que cabinas como esas apenas quedaban en España, porque resulta que acá (en Buenos Aires) si quedan igualitas y de la misma compañía... Como he podido olvidar esta de Asturianos..., y la de Palacios? seguirá existiendo también... y alguna que otra en Puebla, no?... Estaba inmersa en la historia de mi tierra gracias a tí Xibeliuss y a la aportación de todos, y he sonreido al darme cuenta que a veces la distancia hace el olvido... Pero ahí está esa ventana que abres para que esas distancias se acorten. Un abrazo desde la tierra con luna "del revés".
ResponderEliminarJjejeje Fosi: aquí las piedras son monumentos en si mismos. Ya he contado que el derecho de El Puente a realizar un mercado semanal (los lunes) se simboliza con El Rebollo, un pedrusco de cuarzo que ha sufrido hasta secuestros!
ResponderEliminarAhora está situado en un pedestal.
Un abrazo, Fosi.
Sí, Diáspora: así, a bote pronto, también quedan cabinas de estas -que alguien me lo diga si me equivoco- en Galende, el Puente y Requejo.
ResponderEliminarEsta pobrecilla de Asturianos está un poco desencuadrada, pero ahí resiste.
Un abrazo "trasatlántico"!
Heme aquí y…
ResponderEliminarPermíteme que me quite el sombrero.
Gracias, Tanxilde.
ResponderEliminarEstate atento: creo que la próxima entrada también te va a interesar.
Abrazos
Xibeliuss, llego un poco tarde para escribir, que no para leerte... Qué curioso. O sea, que al final esas marras que custodian la cabina no son tales sino morrillos? Estupenda documentación y estupendas fotos, como nos tienes acostumbrados. Un abrazo
ResponderEliminarExiste alguna comarca cuya historia no esté marcada por los interminables pleitos entre la iglesia y el poder político?.
ResponderEliminarLa historia que nos cuentas es para leer con ansia y detenimiento...
Las fotos preciosas, como siempre nos tienes acostumbrados.
No, no: la de cuarzo es la marra. Ahora, el nombre de morrillo... jejeje, para otra entrada.
ResponderEliminarGracias y un abrazo, Mª Antonia