Querido amigo:
Espero que sepas cuánto ha significado tu amistad para mí. Cuánto los ratos que hemos pasado juntos, las veces que hemos alzado nuestras copas para brindar por el hecho de estar vivos, jóvenes de espíritu y alegres de corazón. Tanto conoces mi forma de pensar que hay veces que sabes lo que pienso antes que yo mismo. Tú eres lo que a mi me falta y espero haber sido para tí, al menos, un puerto seguro donde atracar cuando ruge la tormenta.
Hoy tengo ante mí no una copa de dulce vino, sino un cáliz de vinagre y hiel que he de apurar hasta les heces. Llega la oscuridad, el perro negro que devorará lo que mi vida ha sido, lo que me queda después de tantos años. No hay remedio: te miraré a los ojos y ni siquiera podré reconocerte.
Quiero encargarte que mires por los míos. Espero no echar sobre tus hombros una carga insoportable; sólo quiero que traslades a mi familia lo que tantos años has hecho conmigo. Estar ahí. Saber que hay alguien con quién contar. Ellos son yo. Si algo de mi paso por este mundo ha de quedar, está en sus manos, en su sangre, en su alma.
Y en cuanto a tí, cuando leas estas letras no volverás a verme. Quiero que te quedes con la imagen de tu viejo compañero de juegos, no con otra tan desfavorecedora. Voy hacia la oscuridad no féliz, por supuesto, al menos sereno. Tampoco quiero saber qué hay al otro lado de esta línea. Acabo aquí. ¿Te acuerdas...?
"Todo esto se perderá como lágrimas en la lluvia"
Te nombro mi albacea para que no suceda así.
Te quiero.
Dedicado a todos aquellos que alguna vez han sido hermanos de sangre. Y, especialmente, a los que siguen siéndolo.
Imagen: "Recuerdos olvidados". Dos amigos en el Lago de Sanabria, circa 1980.
Que hermoso, monsieur.
ResponderEliminarYo tambien tengo mi hermana de sangre. Es una sensacion sagrada y especial. Amigos caben muchos en el corazon, pero amigos-hermanos tiene uno suerte si encuentra uno solo.
Y yo tengo ahora a mis primos recorriendo Sanabria!
Pero a eso no me invitan, descuide. Debe de ser por pasadas experiencias campestres conmigo, muy penosas. Se acuerdan de mi para ir a Londres, pero no a Sanabria. Ahora que me habia picado a mi el gusanito con estas fotos maravillosas que suele mostrarnos, y esos textos que invitan a conocer lo que describe.
Bisous
Conservo medio billete de mil pesetas separado de su otra mitad hace muchos, muchos años.
ResponderEliminarLas dos mitades prometieron juntarse en un futuro y financiar una copa de lo que alcanzara para aquel entonces con su reunión.
Tengo que buscarlo.
Madame, sería usted muy bienvenida! A nuestro rústico modo, intentaríamos agasajarla de la mejor manera. Jjejej, espero que sus primos le transmitan una impresión similar a la de este humilde blog.
ResponderEliminarSaludos.
Logio, eres más práctico que yo. Intenté partir una moneda y aún conservo las cicatrices.
ResponderEliminarTenía ¿doce años?
Saludos.
Sin palabras, precioso texto...
ResponderEliminarHecho de menos a mis dos amig@s del alma
Saludos
Ahí están, Mery, ahí están. No los dejes perder.
ResponderEliminarSaludos
No puedo decir lo mismo...triste si
ResponderEliminarSigo en la busqueda.
Un abrazo
Muy emotivo, xibeliuss. Los amigos nos confortan de una manera muy especial, diría que única, porque con ellos cabe una comunicación y una sinceridad que a veces no podemos tener con la familia por temor a hacer daño. Me ha gustado mucho esta reivindicación tuya de la amistad. Un abrazo.
ResponderEliminarNo lo dejes, Arena. Abrazos.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo, Isabel, aunque a veces cueste darse cuenta.
ResponderEliminarSaludos.
Precioso!!
ResponderEliminarTriste, por la despedida que conlleva pero, tremendamente precioso.
Los hermanos de sangre, son tan escasos!! Pero que hermoso es poder contar con, al menos, uno. Yo diría que es una de las cosas más importantes de nuestro paso por este mundo. Todos deberiamos imponernos por obligación, hacernos con uno/a de ellos/as. Son algo imprescindible, como apoyo, en los momentos duros y, por supuesto, nadie mejor con quien compartir los momentos buenos.
Y sí, es cierto lo que dices, el Retiro es unos de los pocos sitios civilizados de Madrid :)
Besos desde la calurosa Murcia.
Un saludo, llvllurciana.
ResponderEliminarME GUSTARÍA HABER ESCRITO YO EL TEXTO, PERO ME HA ENCANTADO LEERLO.
ResponderEliminarERAMOS CUATRO AMIGAS DEL ALMA, PERO UN HECHO OCURRIDO ESTE AÑO TODO LO DESMORONÓ, HOY PIENSO QUE NO ERAMOS DEL ALMA, QUE TODO FUE UN ESPEJISMO.
GRACIAS A ESTE HECHO ME HE DADO CUENTA QUE TENGO AMIGOS, OTROS, PERO YA NO SON DEL ALMA.
BESOS. ENCANTADA. REME BALLESTEROS.
Reme, no soy nadie para dar consejos, ni mucho menos. Pero a lo mejor concedemos más importancia a un problema que a una amistad de años. No digo que sea tu caso, pero pasa.
ResponderEliminarSaludos
Una entrda llena de sentimientos hasta las trancas, esa sensación de temor a la pérdida hacia el otro que desgarra las entrañas y más cuando el vacío lo inunda todo, el pasado, el presente, el futuro. Pero los recuerdos están ahí hasta que tu vida se apague y los demás te olviden.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Somos recuerdos, Carmen. Los que tenemos y los que dejamos.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola..
ResponderEliminarbueno es hermoso y triste el texto que dejas.
Pero no por eso, deja de gustarme..
Gracias por tu visita, te agrego a mis blogs favoritos y vos si queres tambien
besos
Meli
Por supuesto, Mely. Encantado.
ResponderEliminarSaludos.
Sin duda todos querríamos tener un amigo a quien velar por nuestra familia llegado el caso...
ResponderEliminar... y todos deberíamos tener al menos uno, José Luis.
ResponderEliminarSaludos.