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20 mar 2011

El Molino Losao


"Yera una cerda que estaba con unos porcus pacendu en una chanada arrimada a un cañu qu'había dun molinu.
Chegóu el llobu y le dijo: cochina voite a comere. Y díjole ella: cómeme, pero primeiro ayúdame a bautizare os gurrinos que están sin bautizare. Ponte changao eiqui, nesta canal: pon una pata por cada llao y you voite dando a uno a uno y tu vales tirando auga na cabeza pa bautizalos.
Yal primer cacharro que foi a sacare d'augua pegóule ella un supinazo y marchou pora canal abajo y s'abrazou del rodreno y decía para panón: Y el rodreno: ¿pararé u non?"
Cuento tradicional, recogido por Luis Cortés Vázquez en 1950 a la tía Rosalía de Galende.(1)


El arroyo Truchas

"El molino de agua forma una parte característica del pueblo leonés y sanabrés, o mejor dicho del paisaje leonés y sanabrés. Porque normalmente, los molinos no se sitúan dentro del pueblo [hay numerosísimas excepciones: de extremo a extremo, conozco en Ferreras de Arriba y en Porto, con tres situados "en batería" N. del.Ed.], sino más bien apartados del poblado aunque no alejados. Cuando el caminante divisa molinos en el valle del río, es una señal clara que se está acercando a un pueblo. Los molinos están en el fondo del valle, arrimados al río impetuoso, y ofrecen una imagen impresionante, pintoresca en su sencillez, su soledad y su tranquilidad exterior.
La forma exterior del molino es tan sencilla como su interior. Es pequeño y construido con piedras poco labradas, con una puerta baja y un tejado primitivo. La luz entra tan sólo por la puerta o algunas hendiduras en el muro. El sistema de las ruedas es igualmente primitivo: puede presentar esporádicamente algunas perfecciones, pero en general es muy sencillo.
Al igual que cuando se usa el horno, también al moler varios campesinos comparten el mismo molino. Lo usan por turnos, cuidando todos a la vez de su manutención. No hay molineros profesionales. El campesino y su familia se encargan de la molienda".
Fritz Krüger, La Cultura Popular en Sanabria, c.1925

El agua represada

Las pintorescas construcciones que impresionaron hace noventa años al filólogo alemán son hoy, en su gran mayoría, ruinas casi perdidas entre silvas y sus muelas adornan los jardines de no pocas residencias veraniegas. Pero quedan algunos supervivientes: uno de ellos es este Molino Losao, situado en el término de Limianos, junto al arroyo de Truchas. Fue restaurado por la Fundación Patrimonio Natural y es posible no sólo contemplar sus mecanismos interiores, sino también verlo en funcionamiento mediante visitas concertadas. Esta vez yo fui por libre y debí conformarme con los alrededores.

El canal

El rodezno

El mecanismo de los molinos sanabreses era, como bien decía Krüger, sencillo y ancestral: parte del cauce del arroyo se desviaba por un caño hacia un pequeño azud. Al final del mismo, un canal de madera encañonaba el agua hasta el rodezno: al abrir la presa, la fuerza del agua hacía girar el rodezno y éste, a su vez, las piedras que molían el cereal. Dado que los periodos de uso eran relativamente pequeños (estaban circunscritos a la abundancia de agua en el cauce), los turnos de molienda se prolongaban día y noche. En determinadas zonas, la construcción incluía un corralón de piedra para proteger de los lobos a las caballerías. Otros, como este Losao, se bastaban con una argolla donde anudar el ronzal.


Para ampliar información de los usos y costumbres en torno a los molinos os recomiendo de nuevo el magnífico blog Lenguajesculturales's


(1) Erase una vez una cerda que estaba con sus lechones paciendo en un pradico por donde discurría un caño que alimentaba un molino.
Llego el lobo y le dijo: "Cochina, te voy a comer". Y ella le dijo: "Cómeme, pero primero ayúdame a bautizar a los gorrinillos, que no están bautizados. Ponte con las piernas abiertas sobre este canal: pon una pata por cada lado y yo te los voy dando uno a uno y tú les vas echando agua por la cabeza para bautizarlos"
Y al ir a sacar el primer cacharro de agua, ella le pegó un patadón que lo tiró por el canal abajo y el lobo se abrazó al rodezno y decía "para, panaderón". Y el rodezno respondía "¿Pararé o no?"

No he encontrado una traducción más aceptable para "panón": creo que en el relato está asociando el rodezno (la "turbina" que recoge la fuerza del agua y hace mover las piedras de moler) con el "pan", el trigo o el centeno molido; en cualquier caso, se admiten sugerencias.
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7 mar 2010

Después de la tormenta perfecta



La famosa Ciclogénesis Explosiva del pasado 27/02 pareció quedarse en esta comarca en mucha lluvia y algunas rachas de fuerte viento, como ya contamos.
Pero al poco nos hemos encontrado con otras consecuencias: por ejemplo, en Limianos. El grado de acumulación de agua en la tierra provocó la caída de un paredón de piedra de ¿tres metros? de altura y el consiguiente arrastre de la cortina (huerta) que estaba sujetando. El cráter es realmente sorprendente.




La tierra y los frutales fueron arrastrados monte abajo hasta el Truchas, cortando la calle que lleva a la iglesia de San Tirso y dañando también seriamente el camino de Sotillo. Donde, por cierto, también se derrumbó otra pared.

Apenas unos días después, ese agua indomable nos trae una promesa de reconciliación:

 
 

1 abr 2009

Cobreros: trece pueblos, mil caminos


Desplegad, si es vuestro gusto, un mapa de la región sobre la mesa y marcad cada uno de los pueblos que conforman el municipio de Cobreros: Terroso, San Martín, Santa Colomba, Avedillo, San Román, Sotillo, Limianos, Quintana, Castro, Barrio, Riego y San Miguel de Lomba, además del propio Cobreros. ¡Trece, ni uno menos! Ahora trazad, al buen tuntún, cuantas líneas se os ocurran uniendo todos esos puntos. ¿Qué obtenéis? Aparte de un garabato más o menos artístico, un maravilloso conjunto de caminos donde perderse y disfrutar de los escondidos encantos de esta tierra sanabresa.


Siguiendo con el mapa, vemos que el municipio se define por los ríos y arroyos que lo cruzan, señalando unos límites no exactos: regato de Escaldón, Castro, Tera, Truchas y la Mondeira. Es una tierra rica en agua y los caños de regadío, con su música constante, nos acompañarán en todos los pueblos. Ya en los diccionarios geográficos de los siglos XVII y XVIII se mencionaba la riqueza de sus fuentes, con ejemplos de manantiales sulfurosos en Santa Colomba y Cobreros (aguas cheironas) que, en su momento, propiciaron casas de baños en las que los pacientes “llegaban en angarillas y partían bailando”. También hemos de fijarnos en cómo, por el norte y el oeste, el municipio se encarama en las laderas de los montes y se desenvuelve hacia zonas más llanas en el sur y este. Es un municipio con tradición serrana: la vida de antaño estaba ligada al aprovechamiento de la sierra, ya sea para leña, para hierbas aromáticas y medicinales, para frutos silvestres, ya para el pastoreo. Los lugares donde entonces se subía el ganado en los meses de calor nos ofrecen corrales naturales de impresionante paisaje: El Cabril, Cubello, Peña Cueva, los prados de Limianos… También caminos hacia Porto, con su importante feria ganadera, y a Galicia, cuando el tren aún no llegaba a Sanabria. Hoy esta parte del municipio está enclavada en el Parque Natural del Lago de Sanabria y alrededores.



Uno de los puntos más visitados de este Parque Natural es la ruta de las Cascadas de Sotillo ,
y los caminos que llevan al Lago pasando por la Laguna, o bien por Limianos o Quintana, coincidiendo en este caso con parte del Cordel Sanabrés por donde las ovejas castellanas y extremeñas subían hacia la sierra.
En Sotillo hay una casa de “Pobres y Peregrinos” fechada en 1619, aunque el trazado más conocido del Camino de Santiago Sanabrés atraviesa el municipio por su parte sur, siguiendo casi en paralelo a la N-525. También hollaron estos caminos, si hemos de fiarnos, el Rucio y su amigo Rocinante, soportando con paciencia las disquisiciones de sus amos. Lo creas o no, no deja de ser una excusa más para bajar al terreno.





Ea, pues, plegad el mapa y echad la merienda en el morral. Hay que recorrer los pueblos uno a uno y descubrir sus secretos: el “castiello” de Avedillo, posiblemente el primer núcleo de población, con casas que en sus piedras esconden miliarios. Cobreros, cuna de ilustres antepasados, sus casas blasonadas, sus aguas y su peculiar iglesia, tal vez de origen civil. Los centenarios castaños de San Román o Sotillo; Limianos, un pueblo en cuesta o Quintana, cantera que abasteció de piedras a la comarca y que hoy ofrece al visitante “La Calella”, una casa tradicional detenida en el tiempo. Castro, de significativo nombre, que se asoma hacia la Puebla con la importante área de servicios de la N-525. Riego, Barrio, San Miguel de Lomba, con ermitas perdidas y molinos restaurados. Santa Colomba, la de las muchas fuentes, cuyos barrios se encaraman hacia el alto de la iglesia. San Martín, Terroso, de tradición jacobea y destino inevitable para cualquier buscador de setas que se precie…
En el censo de Floridablanca, de 1787, nada menos que el 92% de los habitantes de Cobreros se declaraban hidalgos. Dado que además se definían como labradores, mucho me temo que esta nobleza se vinculaba más a la exención de tributos que a la holganza en sus caminos. Ahora pagamos impuestos, claro, pero al menos nos queda el placer de seguir sus huellas en el tiempo.



Fotos: 1. Pastizal en Cobreros 2.Iglesia de Sta. Colomba 3.Musgo sobre pared de piedra 4.Balconada en S.Román 5.Pontón en Avedillo 6.Arroyo de La Mondeira 7 y 8.Peña Cueva 9.Cordél Sanabrés en Quintana 10.Sotillo 11 y 12.Limianos 13.La Vaguira 14.Torre de la iglesia de Cobreros 15.Chopera 16.La luna sobre la sierra 17.Amanecer rosa en Barrio 18.Cobreros 19.Barrio de la Iglesia, Sta. Colomba 20.Casa Blasonada, Cobreros 21.La Peña de las Brujas 22.La Mondeira en S.Miguel.

5 mar 2009

La Campana de Santo Tirso en Limianos


Foto de mi amiga Patri. Detalle de la campana de la Iglesia de Santo Tirso en Limianos.
Foto: Patricia Lobato