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20 ene 2010

cien



Hum, los números. Todos lo son. Naturales, enteros, racionales, irracionales, primos, pares (impares). Pero desde nuestra inexactitud somos dados a celebrar los redondos, vaya usted a saber. Sucede que esta entrada supone la número cien del blog y, claro, no voy a evitar la conmemoración. Como soy un poco torpe se me ha ocurrido una vez más abusar de vosotros -seguidores, lectores más o menos habituales- y solicitar vuestra ayuda. Así os pido que, entre las cien entradas, elijáis una para recordar. La que más os ha llegado, la que os acercó a este espacio... la que gustéis.
Intento predicar con el ejemplo. Las fotos pertenecen a sesiones ya visitadas y aquí va mi lista de entradas significativas -aunque, como a todo “artista”, mi preferida es siempre la siguiente.



21-04-09 Sandín: de entre las aguas.
“Muchos años después, ya postrado en el lecho que habría de acogerle en su muerte, Aurelio Buenadicha aún recordaba la jornada en la que acabaron las obras del embalse de Cernadilla, el embalse que sepultó bajo las aguas para siempre la mayor parte de su pueblo natal (...)” [Leer Completo]



26-05-09. Trevinca, el techo de Sanabria y Carballeda.
“ (...)La cima está cubierta de nubes y vuelve a aparecer la nieve. Reponemos fuerzas con algo de alimento y bebida y tras no pensarlo mucho…la cabezonería empuja a trepar. El camino se intuye y pensando que en época primaveral o verano sería otro tipo de excursión, en este momento, la propuesta empieza a convertirse en una dura empresa. La ventisca a medida que vas subiendo a las caras expuestas del camino, empujan hacia atrás; la nieve se hace espesa y te metes hasta la rodilla o bien está casi petrificada por lo que sin crampones hay que pegar “patadas” en la misma, para hacer una “escalera” ayudándote de los palos de travesía. La cosa se llega a poner complicada y las fuerzas merman (…)” [Leer Completo]



20-06-09 Santa Cruz de los Cuérragos
“(...)Un día le pregunté al señor cura el porqué del nombre del pueblo: “Cuérrago viene del latín corrugus, que era el barranco por donde se arrojaba los detritos de las minas. Aquí se los llamamos a esos cauces que se marcan en las laderas, donde se acumula la vegetación. Y Santa Cruz, pues, siendo cristianos, ¿qué mejor nombre le podríamos poner, perillán?” y me soltó un pescozón de esos de por si acaso. Pero yo pienso que se equivoca, que el pueblo existía antes que los cristianos (…) [Leer Completo]



Estas son las mías. ¿Y la vuestra?



1. Monumento homenaje a las víctimas de Ribadelago
2. Ribera del Truchas, en las cercanías de Limianos
3. Sierra de la Culebra
4. Callejón en Puebla
5. Cruceiro de Rábano
6. Ciervo en Cernadilla

10 nov 2009

Otoño en Sanabria y Carballeda


 
 

 
 

Cinco minutos antes del largo sueño del invierno, la naturaleza entona un último canto de cisne con una explosión de colorido, ribeteado además con la luz más hermosa del año.
Dejadme compartir con vosotros algunas pinceladas del otoño en Cobreros, Santa Cruz y otros rincones de Sanabria y Carballeda.




 

 
 
 

Pd. Las fotos tienen ocho días escasos, pero este fin de semana los "cinco minutos" parecieron pasar de golpe: ¡Vaya viento invernal!


9 ago 2009

Sierra de la Culebra




Si hubiera de mostraros la Sierra de la Culebra, empezaría por llevaros a sus dos picos más altos: Peña Mira y Miño Cuervo. Desde estas dos atalayas, el paisaje se extiende a vuestros pies como un tapiz lleno de vida, en el que destacan los espejos de los embalses de Valparaíso, Cernadilla y Argavanzal y los pueblos son pequeños puntitos que asoman entre los claros.








No es una sierra de abruptos farallones ni agresivos picachos: es más bien una amable sucesión de montes y valles que se inicia en Sanabria, atraviesa la Carballeda y va perdiendo altura ya en las comarcas de Aliste. Dicen que hasta principios del siglo XIX estaba cubierta de robles y castaños y llegó a vivir en ella hasta el oso, pero que la necesidad de dedicar más tierras a la labranza provocó su práctica deforestación. Hoy veremos las tierras altas cubiertas de distintos tipos de brezos, jara y otros matorrales, que en primavera provocan una melodía de olores y colores difícilmente resistible. La mayor parte de la sierra ha sido repoblada con grandes pinares, que han favorecido el asentamiento de la fauna y la abundancia de setas en temporada. Los castaños han mantenido sus dominios en las inmediaciones de los pueblos y podemos ver ejemplares admirables en zonas como Ferreras o Robledo. En las zonas más al sur campa la encina, llamada carraca o carrapito por los vecinos.





Es esta tierra de lobos, la comarca con mayor densidad de población de toda la Europa occidental, y a lo largo de la historia ha mantenido una dura pugna con el hombre por la supremacía, con huellas tan llamativas como los corralones. El otro gran señor de la región es, por supuesto, el ciervo, que en tiempo de berrea escandaliza todo el bosque con sus peleas y bramidos. Los jabalíes, gatos monteses, liebres, conejos y demás deben estar deseando que termine esta exhibición para recuperar la tranquilidad habitual.





En 1973 se creó la Reserva Regional de Caza de la Sierra de la Culebra, cubriendo una extensión de más de sesenta y siete mil hectáreas y continuación natural del Parque de Montesinho, al otro lado de la Raya.





Para ampliar información: Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Sierra_de_la_Culebra




20 jun 2009

Santa Cruz de los Cuérragos


En ocasiones pienso que mi pueblo es eterno. Que los años pasan sobre él, pero él permanece incólume. Imagino que la gente de los tiempos venideros valorarán esta continuidad y vendrán a conocer cómo eran los tiempos pasados, en los que yo vivo. Un día le pregunté al señor cura el porqué del nombre del pueblo: “Cuérrago viene del latín corrugus, que era el barranco por donde se arrojaba los detritos de las minas. Aquí se los llamamos a esos cauces que se marcan en las laderas, donde se acumula la vegetación. Y Santa Cruz, pues, siendo cristianos, ¿qué mejor nombre le podríamos poner, perillán?” y me soltó un pescozón de esos de por si acaso. Pero yo pienso que se equivoca, que el pueblo existía antes que los cristianos. Es como la Raya. Nosotros lindamos con el Reino de Portugal, pero yo nunca he visto ninguna línea marcada en el suelo, solo en los mapas. Estoy seguro que el pueblo también era anterior a las fronteras y que éstas no tienen demasiada importancia. Es lo que deben pensar esos mozos que por las noches buscan los caminos más apartados y se dedican a pasar mercancías de un lado para otro. Hay que buscarse el pan.

Me gustan mucho las alturas. Si ando con el ganado, o si me escapo de mis labores, suelo buscar las cumbres para otear los paisajes de la Sierra de la Culebra. Dicen que la sierra llega mucho más lejos; yo no la conozco, pero en mi pueblo es muy bonita. Redondeada, suave, aunque con pendientes muy grandes. Los riachuelos se esconden en los fondos de los valles y los caminos van ladera arriba, con lo que hay veces que te da mucho vértigo. No se lo digáis a nadie, pero también me gusta espiar a los lobos. Si mi abuelo se entera me mata, porque él cree que es una alimaña que nos roba el pan de la mesa, además de ser un hijo del demonio. Yo los veo muy parecidos a nosotros, que trabajan en grupo y crían sus familias lo mejor que pueden. A veces nos matan una oveja y eso no es bueno, señores, pero es como lo de los contrabandistas. Hay que vivir.

También me gusta perderme por las callejas del pueblo. Me gustan las casas, de piedra, madera y pizarra, todas parecidas, ninguna igual. Las casas, claro, no son eternas. A veces se caen, cuando ya son muy viejas, pero aquí en Santa Cruz se levantan tal cual eran. Si sabemos que las piedras son buenas, que la distribución es buena, que los lugares son buenos ¿por qué cambiar? Por eso pienso que es eterno, que así ha sido siempre y así seguirá.




Ahora permitidme que os hable de mi paseo favorito, sobre todo en primavera. Salgo del pueblo por poniente, en el camino que va desde Aliste hasta Puebla. Es un sendero abierto que serpentea ladera abajo entre jaras y brezos en flor, hasta que poco a poco, aparecen helechos, musgos, líquenes… Los robles y carqueixos impiden que el sol te castigue con dureza, el canto de los pájaros y el rumor del agua hacen que te olvides de todo. Allí en el fondo del barranco te espera el Puente de los Infiernos. Nunca he entendido porqué mis vecinos le pusieron tal nombre, ya que es un paraíso. Imaginad un suelo tapizado de hiedra y flores; el Río Manzanas, cantarín y transparente arropado entre árboles. El propio puente, que dicen construido en el S.XVII aunque yo sé que es más viejo, señorial y elegante con su único ojo, adornado por cortinas también de hiedra en las que juguetean los rayos de sol… Me gusta sentarme cerca de su arco para escuchar los murmullos del viento. A veces veo pasar a los ganaderos que llevan sus rebaños al mercado, otras a un arriero señorial encabezando su recua de mulas, otras, en fin, un cauteloso comerciante demasiado pendiente de lo que se puede encontrar por el camino. Siempre me cuesta volver, abandonar tanta belleza e iniciar la suave pendiente que me devuelve a casa.

Si un día muero, que espero que no, me llevarán a descansar al cementerio del pueblo, junto a mis antepasados. Tampoco es mal lugar, aunque dé un poco de miedo. Desde allí, apenas apartado y bajo la paz de los castaños, podré seguir contemplando mi querida Santa Cruz de los Cuérragos y ver cómo sobrevive a los tiempos.

- Pero… ¿Esto qué es, nigromante del demonio?
- Es lo que usted ha escrito durante la sesión de mesmerismo, profesor Von Patto. A veces, la hipnosis produce trances en los que el paciente tiene regresiones a vidas pasadas. En su caso parecía ser un zagal del norte de Zamora, en un tiempo indeterminado. Usted se puso a escribir automáticamente y yo sólo he tenido que ir facilitándole papel.

- ¡Usted está chalado! ¡Yo he venido aquí para que me ayudase a dejar de fumar! ¡Qué me cuenta de reencarnaciones!
Ni que decir tiene que salí del gabinete hecho una furia. Está claro que el farsante se había enterado de alguna manera de mi misión en Sanabria y la Carballeda, que debo iniciar en breves días, y decidió gastarme el bromazo. No sé como he podido fiarme de semejantes paracientíficos.
Sin embargo, al llegar a casa, no pude evitar buscar en el mapa Santa Cruz de los Cuérragos y el Puente de los Infiernos. Hum, tendré que visitarlos.


Profesor Von Patto
Diarios Inéditos

3 jun 2009

Cementerios



Llamadme morboso, si así gustáis, pero una de mis primeras visitas al viajar a tierra extraña es... el camposanto. Y cuanto más diferente es la cultura, más me atrae. Creo que el modo de despedir a los muertos dice mucho de la forma de ver la vida de cada pueblo. Sin embargo, no suelo hacer fotos. Me parece por un lado fácil y por otro indecoroso.
Rompo la norma y traigo imágenes de cementerios; además, muy cercanos a mí. Arriba, en Codesal, a la sombra de su propia leyenda. El siguiente, en Santa Cruz de los Cuérragos, por la paz que infunde.



Y por último, Sandín. Como sabéis, el original se encuentra ahora bajo las aguas del embalse. Pero la curiosidad no se rinde.