Al sudeste de
Sanabria y Carballeda se extiende la
Tierra de Tábara. Tierras donde la llanura, la línea recta, le gana la partida a las caprichosas curvas de las montañas. Son las encinas, más que los robles, quienes marcan el contraste vertical junto a las espadañas de las iglesias -hoy, cada vez más, auxiliadas por los parques eólicos.
Caminos inmemoriales muy transitados por los sanabreses: por allí transcurre la vía natural para alcanzar la románica
Zamora,
la que no se tomó (ni se llega) en una hora. La que atesora los centros de papeleo, de impuestos y hospitales. La lejana capital administrativa
donde vive el Estado.
El
abajo firmante, hace unos cuantos años ya, memorizó cuantos baches y curvas había entonces en el caminos desde
Puebla hasta la ciudad. Resulta que sufrió un ataque de apendicitis -eran fiestas en
Santa Colomba- y una traqueteante ambulancia se encargó de su traslado hasta el Hospital Virgen de la Concepción, alias
La Concha. Es dificil que olvide semejante viaje. El mismo que, a día de hoy, siguen teniendo que realizar nuestros mayores para visitar "
al especialista" -afortunadamente, no para todos- o nuestros hijos para nacer. Aunque las ambulancias han mejorado mucho.
Por cierto: antaño existió otra ruta, con abundante tráfico. La he oído llamar "Camino de los Gallegos
" y transcurría por Puebla, Robledo, Santa Cruz de los Cuérragos y Aliste
hasta Zamora
. Hoy ha perdido su vigencia.
Fotos:
1. La Torre Románica de Tábara, quizás el punto más emblemático de la comarca.
2. Mojón en el Camino de Santiago, la érmita de Santa María del Castillo y, al fondo, Montamarta. Llega la Tierra del Pan.
3. El Puente de la Estrella, en la cola del embalse de Ricobayo. Una de las obras pioneras de la explotación hidrográfica en Zamora.