Les contaron la vieja historia de Valverde de Lucerna en una tabernilla del pueblo. Fueron los fabricantes de cohetes cuando en víspera de fiestas tomaban vino tras haber vendido todos sus artificios aquella misma mañana.
“Cuentan por aquí que debajo del lago hay un pueblo –les dijeron entre sorbos-. En épocas remotas un surtidor de agua brotó de la tierra y lo anegó para siempre. Valverde de Lucerna se llamaba. Pero no son más que leyendas...También cuentan que algunas veces se escucha el tañido de las campanas de la iglesia del pueblo dormido. Ya me dirán ustedes...”
Yerba, sobrecogida, apretó la gigantesca mano del buey con sus dedos de ninfa. Carlos apuró la copa. El vino era áspero y pedregoso como la tierra que lo amamantaba. “Yo creo –sentenció con voz profunda- que allá abajo no hay nada más que piedras y oscuridad”. “Yo también –contestó el hombre- pero en todas las leyendas hay un pozo de verdad, ¿no cree?”
[Continua en Por el Color del Trigo]
Texto: alicia
Fotos: xibeliuss
Una vez más tengo la satisfacción de traer a estas páginas el fruto de la colaboración con uno de sus lectores. Alicia, paisana y amiga, nos presenta un cuento "escrito al calor de esta tierra" -según sus propias palabras. Forma parte de una colección inédita que ojalá algún día tengamos la suerte de disfrutar en su totalidad.
Mientras tanto podemos leer la continuación en su magnífico "Por el color del trigo" y recrearnos en su particular universo de momentos cotidianos y magias escondidas.
Un abrazo, alicia.
Una vez más tengo la satisfacción de traer a estas páginas el fruto de la colaboración con uno de sus lectores. Alicia, paisana y amiga, nos presenta un cuento "escrito al calor de esta tierra" -según sus propias palabras. Forma parte de una colección inédita que ojalá algún día tengamos la suerte de disfrutar en su totalidad.
Mientras tanto podemos leer la continuación en su magnífico "Por el color del trigo" y recrearnos en su particular universo de momentos cotidianos y magias escondidas.
Un abrazo, alicia.
Me encanta este cruce de caminos! Creo que las fotografías son las adecuadas para cada uno de los blogs. Muchas gracias por este punto de encuentro de mis letras y tus imágenes... Abrazos bajo el agua
ResponderEliminar¡Es un placer!
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, alicia
Esta historia del lago de Sanabria, de ese pueblo sumergido y esas campanas que se oyen tocar bajo el agua produce escalofríos y siempre me sobrecogerá, Alicia, Xibeliuss, sinceramente me ha encantado, el texto y las imágenes, como no, enhorabuena y un abrazo a los dos.
ResponderEliminarHola Xibelius, muy buena la colaboración de Alicia, dala un beso de mi parte.
ResponderEliminarUn abrazo
el lio de Abi
Me ha gustado,las imagenes y el texto se complementan muy bien.
ResponderEliminarUn saludo.
Que no es para tanto, Arena. Ya verás, cuando vengas, que no es tan fiero el león como lo pintan.
ResponderEliminarBueno, si vienes de noche es otra cosa..jejeje ;-)
En serio, a mi también me ha gustado mucho la entrada.
Un abrazo.
Abi, te recomiendo que se lo des tú mismo. Su blog merece la pena y mucho.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias, fosi. Yo disfruto mucho estas colaboraciones, espero que vosotros también.
ResponderEliminarSaludos
Será que el visitante va viciado por la dramática historia pero es imposible no sentir algo al subir ahí arriba.
ResponderEliminarVaya colaboracion más extraordinaria Xibeliuss,y que forma más bonita de enlazar fotos y texto.
ResponderEliminarUn saludo.
Preciosa leyenda contada de una manera tierna y misteriosa a la vez. Suave, diría yo.
ResponderEliminarEnhorabuena para Alicia y felicitaciones para tí Xibeliuss, por dárnosla a conocer.
Un besito
Siiii, Logio.
ResponderEliminarPor lo que sea, el Lago impresiona
Con un texto así me ha sido fácil encajar las fotos.
ResponderEliminarUn abrazo, Tejón.
¡Suave es la palabra! Hay más en el blog de alicia, Carmen. Dale un vistazo cuando puedas.
ResponderEliminarUn abrazo
Me acaba de venir a la mente... San Manuel Bueno, Mártir... ya casi olvidado y mira que, he pasado por aqui veces y hoy ha manado como pozo en primavera... Gracias
ResponderEliminarPues enhorabuena a usted y a alicia, monsieur.
ResponderEliminarQue siga adelante el proyecto, que ya veo que esta fructificando muy bien.
Buenas noches
Bisous
Parece ser que Unamuno lo escribió -al menos en su mayor parte- en la misma orilla del Lago, en el balneario (más bien Casa de Baños) de Bouzas.
ResponderEliminarSaludos, Amio
¡Y más que me gustaría, Madame! Sería un placer ver pasear por estas tierras a Luis, Mazarino, la reina...
ResponderEliminarSaludos, Madame.
Después de haberme duchado ligeramente en esta página he de decir que Yerba me conmueve mucho a la vez que me enreda en su postura enigmática. ¿La hierba cogida junto a los bueyes tendrá que ver con esa Yerba sobrecogida que se ciñe a la mano del buey?
ResponderEliminarA lo mejor me animo a mandarte algo.
una colaboración de lujo... enhorabuena a ambos!!!
ResponderEliminarBuena página te trae, Ventana Indiscreta. Bienvenida a este rincón y te tomo la palabra.
ResponderEliminarSaludos
Gracias, José Luis. Yo creo que las colaboraciones siempre quedan muy interesantes.
ResponderEliminarSaludos.
San Manuel Bueno Martir lo leí de crío y tras leer estas páginas me han dado ganas de volver a hacerlo. Siempre que voy al Lago me acuerdo de Valverde de Lucerna, de las campanas que se oyen en las noches de tormenta y de aquel curilla de pueblo que quería tener fe.
ResponderEliminarSaludos desde la tierra seca.
Varo.
Pasé no hace mucho por tu tierra, Varo. El cerro de San Marcos ¿es dónde está situado un restaurante y una gasolinera...o el que se ve a su izquierda (mirando desde Madrid)?
ResponderEliminarSaludos
El que se ve a la izquierda pero no al lado de la carretera, sino un poco más allá, más hacia la izquierda, más metido en el campo. Tiene un repetidor de televisión.
ResponderEliminarSi alguna vez tienes tiempo cuando pases por aquí, para a tomar un café (o lo que quieras) en el restaurante del cerro que viste a la derecha, donde está la gasolinera; de los tres restaurantes que hay, entra en el que está más alto. Entra en él y mira hacia el Norte a través de sus ventanales. Verás el Teleno nevado, los Picos de Europa y las montañas en las que tú vives, además de esta planicie inmensa, pintada de verde primavera.
Gracias por acordarte de mi Cerro de San Marcos. Me ha hecho mucha ilusión, de verdad.
Varo.
Disculpa, me embargó la emoción.
ResponderEliminarMirando HACIA Madrid, sí es el que está a la izquierda. La gasolinera está a la derecha, mirando HACIA Madrid.
Mis disculpas, otra vez.
Varo.
Ya me hago una idea de su situación. Hermosa tierra también la tuya, Varo.
ResponderEliminarSaludos
Cuando dos buenos ingredientes se juntan, el manjar suele ser exquisito. Eso pasa cuando a la belleza de tus fotos se une la palabra de un buen relato.
ResponderEliminarEn hora buena a los dos por ese tandem único.
Un abrazo.
Estos cruces de caminos son siempre muy enriquecedores y estoy especialmente orgulloso de ellos.
ResponderEliminarGracias, Logan, Lory
Una colaboración increíble. Qué lugares, qué imágenes, qué palabras. Enhorabuena, ha quedado, efectivamente, muy bien. Nos dejáis vuestro paraíso para que podamos sumergirnos en él, hacerlo nuestro.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Mª Antonia. En esas estamos: mantener este paraiso y que se pueda vivir en él.
ResponderEliminarUn abrazo